El militante se despertó inquieto, en su cama. Inmediatamente cogió el móvil de la mesilla. 'Está bien, tiene la carga a tope', pensó, y se tranquilizó. 'Hoy quizás me llame. Ya han nombrado a los del primer escalón y a los del segundo escalón. Ya ves tú, me veía yo de secretario general, pero, claro, tienen muchos compromisos. Y eso que FER sabe que yo lo haría bien, porque estoy preparado, más que él, si me apuras, que tengo experiencia, que fui concejal casi dos años. Pero, claro, PAS tiene que dar el visto bueno, y, al ser yo de 'los pata negra', de los de las familias murcianas de siempre, pues que a PAS, a lo mejor, no le caigo bien. Aunque él, cuando me ve, me abraza y eso, pero yo no me fío. Estos de los pueblos de la periferia no llevan dentro lo que llevamos nosotros, eso de ser los de siempre, que nos conocemos todos, que somos parientes, que mi tío abuelo se casó con la hija de un cuñado del primo de una tía abuela de Ramón Luís. Eso, antes, eran puntos, pero, ahora, leches en vinagre'.

El militante miró a su esposa que dormía todavía a su lado. 'Pobre Juani. Qué mal quedé anoche. Pero es que no estoy yo ahora para juegos sexuales. La verdad, no me concentro en nada que no sea esperar mi llamada. Aún quedan los directores generales, y, yo, es que puedo ser director general de cualquier cosa. A mí me gustaría el INFO, que aquello va más a su bola, pero, bueno, tampoco haría mal papel en Hacienda y Administraciones Públicas. Claro que ahí está María Pedro, y esa tiene el rabo muy pelado, que ha estado ya en no sé cuántos sitios y me han dicho que manda mucho, y que se las sabe todas, y que no le pasa una a los que tiene cerca, la tía. A mí, que una mujer sea mi jefa no me importa, oye, que yo no soy machista, pero, si puedo evitarlo, lo evito. Por precaución. Mira los que están con la vicepresidenta Soraya, que cuentan y no acaban de la mala leche que se le pone, cuando se le pone, que es a menudo.

El militante se levantó, cogió el móvil y se metió en el cuarto de baño, puso el teléfono en una leja y se miró en el espejo: 'Ostras ¿esto qué es? ¡me está saliendo un orzuelo! Cagondie, cagondie, cagondie, ¿Y ahora qué? Si me llaman, ¿qué hago con este ojo de mierda? Que la imagen es muy importante. Esto es de los nervios. Si es que estoy en un sinvivir, si es que me tienen en ascuas, y no me llaman, no me llaman. Y eso que, el otro día, en la toma de posesión, me dejé ver mucho. Claro que no estaba invitado, pero tampoco estaban los diputados, y fueron. Allí acudió todo el que le salió del pijo. Y yo creo que quedé bien con FER, porque, nada más terminar, le dije: 'Has estado fantástico tío. Y, además, has jurado de memoria, oye, que, aunque el juramento es corto, hay que echarle su tiempo para memorizarlo, y lo has dicho así, mirando al tendido, sin fijarte ni un momento en la chuleta que tenías en el atril. Ha sido impresionante'. Él me miró con simpatía, y me dio las gracias, porque, como todavía no está acostumbrado a los pelotas, yo creo que le hice buena impresión, pero el caso es que ya van dos escalones y no me ha llamado, el jodío lorquino este'.

El militante se quitó la chaqueta del pijama, y, al ver su torso en el espejo, se dijo: 'Oye, me parece que tengo un pectoral más grande que el otro. Tengo que darle más gimnasio a la tetilla derecha que a la izquierda. Que no se me olvide? No sé si llamar a alguien, a ver si pueden hacer algo, recomendarme un poco. Podría llamar a Antonio, pero él, con lo que fue, yo creo que ya no tiene capacidad de influir. O a Ramón Luís, a Bruselas. Qué va, no lo llamo, que lo mismo está en Bielorrusia haciendo como que hace algo para ganarse el sueldazo que le pagan. A Miguel Ángel, ni pensarlo, que sería peor. Si es que este partido ya no es lo que era. Como no llamen ahora, me voy a Ciudadanos, ya ves tú, que ahí sí que hay futuro. Claro que no me veo yo con Miguel Sánchez de líder. Bueno, ya veremos'.

El móvil suena con la música del Partido Popular: ¿Tachín, tachín, tatatachín'