Qué significa para mí la competencia? Aprendizaje. ¿Y para ti?

Cuando alguien me habla mal de su competencia muestra sus propias carencias, porque está más pendiente de minusvalorarla que de valorarse a sí mismo. He escuchado durante muchos años a mis jefes defenestrar a las empresas que se dedicaban a lo mismo, tirarlas por tierra, haciéndolas crecer tras comentarios insultantes, etc., un victimismo propio de empresas pequeñas y limitadas.

El respeto a la competencia no significa que le pongas la alfombra roja; todo lo contrario, sé mejor, crea mejor, comunica mejor, capta mejor, vende mejor, ofrece mejor. La merma de energía y de fuerzas que conlleva fijarse en lo mal que lo hacen los demás es un tiempo precioso que pierdes mientras no sacas lo mejor de ti.

¿Y si puedes aprender de ella? ¿Y si hay algo de ella que te puede beneficiar? ¿Y si puedes sacar partido de algo que tú no veías y que ella ha hecho que abras los ojos?

Si voy a un restaurante y el dueño me critica al restaurante de al lado, lo siento, no iré más. Tu empresa tiene mucho por dar, estoy seguro de que le puedes sacar una vuelta de tuerca más. Si un cliente se va a la competencia, será porque tú no eres capaz de ofrecer o dar con lo que necesita. Comprende y analiza qué ocurre en tu cocina para que tu cliente saboree el mejor plato que le puedas brindar.

Valora a los que hacen lo mismo que tú; no desde el odio o la pelea, sino desde las ganas de mejorar día a día. La competencia te da vida, hace que no te duermas en los laureles, que no te relajes, agradece que exista para que tú puedas crecer.

Cambia la perspectiva y decide fijarte en tus valores y virtudes; más que en los defectos de los demás. Saldrás ganando.