En la mayoría de los casos, lo natural en la vida es tratar de avanzar. Lo contrario no se suele ver con buenos ojos ya que suele significar retroceder, desandar lo andado o empeorar. Sin embargo y a la vista de las políticas sobre bilingüismo de la consejería de Educación de nuestra región, esta parece ser la manera de actuar de nuestros máximos responsables educativos.

Desde la publicación de la Orden 9039 de 25 de mayo de 2009, con la que se iniciaba la puesta en marcha de un programa ambicioso y estructurado que contemplaba aspectos esenciales para una enseñanza bilingüe de calidad, hasta la actual orden 5085 de 3 de junio de 2016 que regula el sistema de enseñanzas de lenguas extranjeras en los centros de nuestra Región, los altos cargos políticos en materia de educación no sólo han descuidado la calidad y el desarrollo de un modelo de enseñanza bilingüe, sino que además han generado con los diferentes cambios normativos, hasta cinco en menos de ocho años, gran inestabilidad en el sistema educativo que ha afectado al alumnado y al profesorado ante los diferentes modelos bilingües propuestos cada poco tiempo.

El objetivo principal de tanto desequilibrio normativo es político y no es otro que el de propagar y publicitar la idea de que todos los colegios y por extensión todos los alumnos de nuestra región, serán bilingües en 2019. Ese planteamiento, a todas luces irrealizable, sacrifica cualquier argumento de calidad marcando como único objetivo el de la cantidad.

Pero me atreveré a ir más allá. Si hacemos una lectura analítica sobre la nueva redacción de la orden de 2016 en donde incluimos los cambios que se recogen en el nuevo borrador que la modifica, el nuevo enfoque prescinde del término ´bilingüe´ renunciando así en nuestra Comunidad a un sistema de enseñanza bilingüe serio. Parece más bien una especie de estafa en la que de manera encubierta se pretende ofrecer unas enseñanzas bilingües ineficaces bajo la denominación de programa de enseñanza de lenguas extranjeras.

Además de ello la propia consejería, con el falso argumento de promover la autonomía de los centros, delega en estos su responsabilidad. Establece que cada centro puede tener hasta tres modalidades distintas conviviendo en un mismo curso, lo que supone un auténtico disparate y una falta de coherencia en su objetivo final, por lo menos tal y como lo plantean las diferentes declaraciones que se vienen vertiendo desde la propia Consejería de Educación que insisten en hablar de educación bilingüe. Por lo tanto no asume la oferta de un programa único para todo el alumnado de los centros educativos de nuestra región ni asumirá por supuesto la responsabilidad de los malos resultados que sin duda va a producir su nuevo modelo.

En octubre de 2016, en el Pleno de la Asamblea Regional se aprobó una iniciativa de Ciudadanos que propiciara la revisión de la Orden de 3 de junio de 2016. En dicha moción Ciudadanos enumeraba una serie de requisitos sobre una nueva normativa que garantizase un verdadero programa de enseñanza bilingüe. Así se instaba a la consejería ha realizar una nueva redacción de un programa bilingüe sencillo e inclusivo, que afectase a todos los alumnos de los cursos donde se implantase; proponíamos a la necesidad de una incorporación voluntaria al programa bilingüe por parte de los centros y con una única modalidad bilingüe; se establecía la necesidad de un horario mínimo lectivo del 30% impartido en otro idioma (con la nueva redacción únicamente quince centros acogidos a la modalidad intensiva garantizan este requisito); instábamos a asegurar por parte de la consejería una formación previa a la incorporación de un centro al programa para garantizar los niveles lingüísticos necesarios, así como un potente plan de formación docente y finalmente a incluir un sistema de evaluación externa obligatorio que permita comprobar el progreso de los alumnos no sólo en su evolución a nivel lingüístico, sino también en los aprendizajes de aquella materia impartida en lengua extranjera.

En temas de Educación, desde Ciudadanos aconsejamos la importancia de ir paso a paso para conseguir asentar un verdadero sistema educativo que dé respuesta a las necesidades de nuestra sociedad y haga abandonar los primeros puestos en índice de fracaso escolar que ocupan desgraciadamente nuestra Región.

Las prisas siempre han sido malas consejeras y no entendemos que un mismo partido político se dedique a tejer y a destejer, sobre todo cuando perjudica a nuestros alumnos y el famoso logo-placa bilingüe en los centros se convierten en unas enseñanzas improvisadas.

Murcia necesita un buen programa bilingüe, no experimentos que nos hagan retroceder lo avanzado, como los cangrejos.