El PP ha acuñado el término ´libertad económica´. Antes lo utilizó Pedro Antonio Sánchez y ahora Fernando López Miras como nexo de unión de mensajes del tipo: «simplificación administrativa», «los impuestos en donde mejor están es en el bolsillo de los contribuyentes» y «menos impuestos, más empleo». Son estas expresiones que han convertido en un mantra con el que pretende afianzar el voto de los más pudientes, ganar el de las clases medias e incluso acercarse a quienes llevan años en el paro o con salarios de miseria. No dar respuesta a estos populismos neoliberales es irresponsable. Intentaré demostrar, con pedagogía y sencillez que la realidad es diferente a la que nos hacen creer, para evitar engaños similares al de ´agua para todos´.

El PP llama ´simplificación administrativa´ a lo que realmente es menos regulación normativa. Dicen que es para facilitar la implantación de negocios en la Región de Murcia. Dicho así parece una idea atractiva, que se vende bien, incluso estaría dispuesto a comprarla. Pero hay que leer la letra pequeña. Detrás de ese objetivo hay una desprotección ambiental sin precedentes en nuestra Región. El capitalismo neoliberal nos ha dotado de un sistema económico depredador que consume recursos naturales de manera insaciable. El crecimiento ilimitado nos llevará al colapso socioeconómico, buen ejemplo lo tenemos en el Mar Menor y las consecuencias irreversibles del cambio climático. Cualquier cambio legislativo tiene que anteponer una concepción de respeto ambiental a la economía, porque la idea de que la naturaleza está al servicio del ser humano es irreal e insostenible. La ´simplificación administrativa´, la necesaria, pasa por mejorar la gestión de los servicios públicos. Desproteger la naturaleza para buscar soluciones a un problema estrictamente administrativo y de gestión es una irresponsabilidad con graves consecuencias socioeconómicas en el medio plazo.

«Los impuestos en donde mejor están es en el bolsillo de los contribuyentes». Decir esto cuando la desigualdad está alcanzando niveles escandalosos es inmoral e impropio de cualquier Gobierno. Es grosero. Los impuestos son el mecanismo del que disponen las sociedades para garantizar la igualdad de oportunidades y repartir la riqueza. Sin impuestos no hay servicios públicos, ni es posible una convivencia pacífica. Cuando el capitalismo (FMI) le pide a los Gobiernos que repartan mejor la riqueza para combatir los populismos, el PP proclama lo contrario. Quienes más tienen, quienes pueden pagar la sanidad o la educación privada, estarán de acuerdo con el PP, pero la inmensa mayoría, quienes necesitamos de los servicios públicos no podemos caer en la trampa. Tenemos que exigirles a los Gobiernos una fiscalidad justa, una lucha sin tregua contra los paraísos fiscales y contra quienes los utilizan para evadir y eludir impuestos a la hacienda española, y contra la economía sumergida. Nuestro sistema tributario está en crisis. Durante los Gobiernos del PP, los impuestos directos, los más progresivos (paga más el que más tiene), que son el IRPF y el de Sociedades, pierden peso a favor de los más regresivos (todos pagamos por igual con independencia de la riqueza) el IVA y los especiales (alcohol, tabaco o gasolina)

«Menos impuestos, más empleo». Una expresión simplista, populista y sin rigor. Cuando un cargo público dice estas cosas, habría que obligarle a documentarlas. España tiene la segunda mayor tasa de paro (18%), tras Grecia (23,5%), de la UE y sin embargo la fiscalidad está diez puntos por debajo de la media de la UE. Si lo que dice el PP fuese cierto, tendríamos la menor tasa de paro. Por otra parte, las empresas españolas han recuperado el nivel de ingresos y de beneficios anteriores a la crisis. Sin embargo, en 2007 la recaudación del impuesto de Sociedades fue de 44.823 millones de euros y en el año 2016 de 24.399 millones de euros. Las empresas pagan menos impuestos y el empleo que crean es menor y mucho más precario. Estos datos demuestran que este tipo de afirmaciones son ocurrencias de quien cae en la tentación del populismo.

Priorizar la bajada de impuestos en nuestra Región cuando nuestra tasa de paro es superior a la media nacional; con la mayor infrafinanciación autonómica y el mayor déficit público; cuando el PIB per cápita (riqueza por habitante) es de 18.929 euros, solo por encima de Andalucía y Extremadura y muy lejos de la media de la que nos alejamos cada año; cuando las tasas de pobreza y desigualdad están a la cabeza de las Comunidades autónomas; cuando tenemos los salarios y las pensiones más bajos; cuando la inversión en I+D+i es del 0,88% PIB y la media en España del 1,22%; cuando nuestra industria en 2016 bajo el índice de producción un 5,2% respecto a 2015 y muy lejano de la media; cuando la productividad de nuestra economía está a la cola, un 32% por debajo de la del País Vasco; cuando la Comisión Europea nos sitúa entre las regiones menos competitivas de la UE, me parece una irresponsabilidad de quien carece de ideas, proyectos y capacidad para gobernar. Menos impuestos significa menor recaudación y por tanto menos recursos públicos para corregir todas las carencias de nuestra sociedad y economía. Lo que necesitamos son otras políticas, mejor gestión y una fiscalidad más justa.