Se dice mucho que en este país hay más tontos que botellines, que no cabe un tonto más: es cierto. Somos los primeros a nivel mundial en trasplantes sí, pero también en la cría y recebo de tontos por metro cuadrado. Hace unas semanas hablamos en esta columna de las brillantes actuaciones con que Ramón Espinar ´ayuda´ constantemente a su propio partido, pero es que le salen serios competidores día tras día para el premio Forrest Gump. En este país, para ser auxiliar administrativo te hacen pasar unas oposiciones de cojón de mico en que compites con miles y miles de aspirantes pero para ser, por ejemplo, concejal de Urbanismo y gestionar trescientos millones de napos no te piden ni el Graduado Escolar. Es una evidencia que el nivel educativo, cultural y profesional de nuestra clase política es francamente mejorable. ¡Gracias a Dios que no los evalúan en el informe PISA! En Francia, ni se plantean que un tío pueda hacer carrera política si no ha pasado por las Grandes Écoles, imposible. Y aquí no se exige una mínima acreditación, no sé, algo. El último caso: Juan José Alonso, joven concejal del PP en el ayuntamiento de Almería que, un pleno, ¡sí, en un pleno! alertó de una próxima redada policial contra los narcos del barrio de Pescadería. Sólo hay que ver la foto, su rostro, la viva imagen de la inteligencia. Y encima, con un par, declaró que «podía dar el día y la hora», pero que no lo hacía ´pa´ no dar más pistas. Los traficantes creo que andan, a estas alturas, corriendo por los solitarios páramos de Escocia. Ahí , ahí, son unos JASR, «jóvenes aunque sobradamente recomendados».

Abrazote chillao.