¿Cabría otra posibilidad? Tal y como están las cosas, deberíamos, en Murcia, dejar de hacer sangre con cuestiones que nada tienen de corrupción. Que aquellos que pidieron dimisiones por el banal motivo de una supuesta corrupción (me refiero a la afección particular de quienes pertenecientes a la Junta de Gobierno votaron en conjunto a favor de un tema fuera de su incumbencia) deberían moderar sus acusaciones. Se ha vendido por toda España, a viva voz, que la Región es miserable por tener a una consejera imputada. No actúa bien la oposición al practicar estas acciones que tanto perjudican a todos. De vez en cuando, apelar a ciertos escrúpulos no vendría nada mal y, quizá, leyendo el auto del juez que archivó el asunto de la Guardería (aprendida su lección), las cosas irían mejor para la imagen de nuestra Región.