El descubrimiento de siete planetas similares a la tierra ha pasado desapercibido en la Región de Murcia. Aquí, salvo cuatro locos, nadie ve lo evidente, cuando menos lo que ocurre a cuarenta años luz. Si no reaccionamos a lo que ocurre en nuestra limitada geografía, menos aún a lo que costaría llegar millones de vidas a golpe de luz o de gasolina, que ríete de la factura. Imagínense el chasco de emprender la aventura y (si Einstein u otra teoría espaciotemporal lo hiciera posible) encontrarse que allá existe una vida similar a la de la tierra. Esto es, que haya un norte y un sur; que existan fronteras y que reine, como aquí, el dinero. Y lo que es peor, que diría alguno, que haya fiscales.

La Nasa, que va como un cohete, ya ha descubierto más de mil exoplanetas, por lo que igual ya es tiempo de conformarlos a medida de cada una de las sensibilidades que intentan coexistir en la tierra.

Ni en Italia hay tantos partidos políticos, por lo que cada uno podremos elegir el que más se ajuste a su ideología o forma de vida: azules, rojos, morados, naranjas, verdes y toda la gama del arco. Incluso, hasta cada tonalidad, o pantone llegado el caso, estaría en disposición de diseñar, a este ritmo de descubrimientos, su propia esfera. Hasta los del Frente Popular de Judea tendrían su propio imperio. También los nacionalistas contarían con su ansiado circo, enviando a los impuros de sangre a otros espacios. Todos contentos, viviendo en nuestro mundo ideal.

Puestos a elegir y antes de que me quede fuera, que yo no tengo espíritu de músico del Titanic, yo quiero uno en el que reine la libertad, la igualdad y la justicia social, donde el centro sean los buenos hombres y mujeres que no piensan en el beneficio propio sino en el colectivo? donde no hará falta billete para llegar pues la felicidad estará en su interior.