Mensajes incluso a altas horas de la madrugada (que se lo digan a algún que otro concejal de la oposición que los ha recibido por parte de miembros del Gobierno local), actos todos los días de la semana, notas de prensa ininterrumpidamente prácticamente, soflamas en todos los soportes posibles, tuits, vídeos, anuncios, promesas... Son las señas de identidad del nuevo PP en el Ayuntamiento de Murcia que, pese a la nueva pátina, recuerda mucho a la primera etapa del alcalde Miguel Ángel Cámara, que preconizó entre su tropa aquello de 'política de puertas abiertas' y máxima prioridad a los asuntos relacionados con la prensa y la mercadotecnia.

Entonces, los socialistas atacaron al Gobierno local con un ramillete de frases que definían muy bien ese tipo de actuaciones. Una de las que acuñaron con más éxito fue aquella de «maquillaje político». Ahora, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, José Ignacio Gras, ha vuelto a clavar con un solo enunciado el objetivo de los populares. «Ballesta es el hombre anuncio», ha dicho el líder de la oposición. Razones no le faltan, pero el nuevo alcalde, que ya tiene la experiencia de casi dos años en la Glorieta, ha sabido trascender y venirse arriba con todos sus subalternos.

Ballesta ha engrasado su maquinaria propagandística e informativa y ha dejado a un lado el complejo adquirido tras perder prácticamente la mitad de las pedanías, granero de votos de los populares. Algo que por otra parte también le vino bien para purgar las herencias de Cámara en los pueblos en los que se había enquistado una forma poco ortodoxa de gestionar lo público, y tomar las riendas del municipio aunque sea en la sombra en aquellos feudos perdidos. Y esa es la clave en la que ahora se encuentra.

Así las cosas, los populares han pasado a la acción en los pueblos donde gobiernan y donde son oposición. Haciendo de nuevo lo que mejor saben hacer: bocear todo aquello que pueda socavar a la oposición, como las críticas a los alcaldes pedáneos socialistas y de Ciudadanos, así como a los vocales de Ahora Murcia y Cambiemos Murcia, y promocionar los proyectos que van a ser ejecutados por los pedáneos de su signo político. Para ello, ha reforzado el número de personas que se dedican a apoyar a las juntas desde el grupo popular, una acción que viene a recordar una vez más al que fuera durante veinte años alcalde de Murcia.

Lo importante es dejar cada vez menos espacio a lo que tenga que decir la oposición, que sigue con el mismo letargo que al principio del mandato, y hacer del Ayuntamiento y su gobierno una agencia de noticias. Una máxima que puso en marcha el PP nada más llegar a la Glorieta con Cámara y que le dio resultados muy fructíferos durante años. Lo creen también ahora los populares municipales que, comandados por Ballesta y su guardia pretoriana, consideran que lo sustancial en estos momentos es tener entretenidos al personal con noticias, mensajes y anuncios, algunos de ellos de escasa credibilidad. Nada nuevo bajo el sol. Por nadie pase.