Aunque ustedes no se lo crean, hay países en los que sus ciudadanos aman el cine que se hace allí, en sus patrias. Ocurre en Francia, en Italia, en Noruega, Suecia o Islandia, en la India, etc. En España, durante muchos años, al cine de aquí se le llamó 'españolada', y siempre se le miraba con una cierta condescendencia, si no con desprecio. Actualmente, el cine español está ganando espectadores, sobre todo con ciertas películas, en su mayoría thrillers filmados con muchísima calidad que le gustan a la gente, pero, desde luego, todavía no se ha conseguido que vayamos al cine cuando hay una película española por el solo hecho de que es arte nuestro que debemos apoyar.

Les digo esto porque nuestro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al preguntarle un periodista cuál era su película favorita para los Goya, respondió que él no había visto ninguna de las nominadas. Al enterarse, el director Daniel Sánchez Arévalo le compró tres, se las llevó a la sede del PP en Madrid y se las dejó a los guardias de la puerta para que se las dieran a su presidente, junto al ticket de compra, por si quería cambiar alguna. Me pareció un gran detalle. En general, no he visto a ningún político importante, ministro o alto cargo, salir en algún medio hablando de lo bueno que es el cine español. De hecho, del único que se sabe que va al cine de vez en cuando es del rey Felipe VI, que, con la reina Leticia, tiene por costumbre aparecer por algún cine de Madrid cualquier noche que tengan canguro para quedarse con las chiquillas.

Y lo cierto es que las películas de los Goya de este año están muy bien. No las he visto todas, pero sí algunas. Un monstruo viene a verme es espectacular en lo técnico, el trabajo del muchacho protagonista y de Sigourney Weaver es admirable, y la voz de Liam Neeson, que hace de monstruo, merece la pena escucharse, incluso aunque no se sepa inglés, porque es una maravilla. Kiki, el amor se hace, es de lo más divertido que he visto en mucho tiempo. Con esta película, sueltas la carcajada con una naturalidad que agradeces, que no está motivada por chistes que hay que pensar, sino que te nace espontánea ante las situaciones que te presenta. Julieta no es de las mejores de Almodóvar en cuanto al guión, pero las actrices, la ambientación y el ritmo son lo de siempre de este autor, tan cuidadoso con todo, tan meticuloso y con una estética tan personal e interesante. Por cierto, que en Francia ha recaudado el doble de dinero que en España. El olivo es una peli muy agradable, con ciertas dosis de poesía y de lucha de seres pequeños contra gigantes. Resulta estimulante verla.

Tarde para la ira se llevó los Goya al mejor guión, a mejor director novel, a mejor actor de reparto y a mejor película. A mí me gustó muchísimo. Es una peli perfectamente rodada, con unas interpretaciones muy buenas, con unos giros en el guión que te van entregando una historia para que tú trates de comprender, si no compartir, qué les pasa a los personajes, por qué son así, qué pasado lleva cada uno sobre sus hombros.

Y todo eso a base de pequeñas pinceladas, de miradas turbias, de acciones que te mantienen en vilo hasta su desenlace. Está otra vez en los cines y yo les recomiendo mucho que vayan a verla. Por último, el corto que se llevó el Goya, Timecode, es buenísimo. Ya ganó un premio en Cannes y ahora está seleccionado para los Óscars. Y hay un documental, El Bosco, jardín de sueños, que es una maravilla, y más aún si pudieron ver la exposición de este pintor, hace unos meses, en Madrid.

Hay mucho buen cine español. Y está también en plataformas digitales. Si Rajoy no lo ve es porque no quiere, o porque la verdad es que no le gusta el cine, ni el español, ni ningún otro. Pues, allá él.