Cuando un paciente llega a la puerta de Urgencias de un hospital debe de pasar por la consulta de ´triaje´, una forma de priorizar y saber qué casos son los más urgentes y cuáles pueden demorarse más en la sala de espera. Una buena opción, si no entramos a valorar cuánto tiempo es el máximo de espera permitido y cuando vemos en centros murcianos a pacientes aguardando hasta 24 horas en estos días en los que la gripe nos acecha. Igual que ocurre con las urgencias hospitalarias, en las emergencias fuera del centro existe un protocolo para determinar cómo se actúa ante determinados casos, siempre en función de los medios disponibles. Reflexiono sobre ésto ante el estupor que hemos sentido muchos al conocer la muerte de una niña de 8 años en Blanes al tardar cuatro horas en llegar una ambulancia, un suceso para el que la Generalitat ya ha abierto una investigación, un proceso que no se la devolverá a sus padres y quienes no tienen culpa de esa demora, de esas cuatro horas que le costaron la vida a su hija y de los continuos recortes que está sufriendo la Sanidad española y, en especial, la catalana. También es paradójico que hasta que no se produce una situación de este tipo no nos interesamos por los medios de los que se dispone y es ahora cuando se ha conocido que en la Generalitat hay dos ambulancias pediátricas, vehículos que tienen un coste de unos 96.000 euros, cantidad que contrasta con los 120.000 que ha gastado el presidente Puigdemont en su conferencia en Bruselas. Ante esto, yo reclamo también un ´triaje´ de políticos.