El CIS ha publicado una encuesta sobre hábitos de lectura sobre una muestra de un total de 2484 entrevistas. Siempre que leo algo relacionado con estudios estadísticos, resultantes de una serie de preguntas a una muestra poblacional, lo pongo en cuarentena. ¿Por qué? No me parece significativa dicha muestra entre un total de, más o menos, 42,47 millones de habitantes en nuestro país. Tomo con 'pinzas' dichos resultados, así como todos los que use de aquí en adelante. Las considero cifras orientativas.

A la pregunta de cuántos libros se había leído en los últimos doce meses: el 39,4%, no había leído ningún libro; un 7,1%, uno; otro 27,9%, entre 2 y 4; el 10%, entre 5 y 8; entre 9 y 12, un 5,5%. Y un 8,8%, más de 13. Lo dicho, tengo mis reservas. Podemos desarrollar otras visiones.

¿Leer no interesa? ¿A qué se debe esta falta de interés? Un 44,9% de los que dicen no leer alegan que no les gusta o no les interesa; un 24,8 %, que no leen por falta de tiempo; un 16,4 % prefiere otro entretenimiento y un 13,9 % no sabe ni contesta. Entre las personas que leen, es muy interesante saber cuántas horas semanales dedican a la lectura. En datos de la UNESCO y de la agencia NOP World, entre los 20 países con mayor índice de lectura (horas/semana), España ocupa el puesto 19. Podría ser sorpresa, igual por no esperada, que la India sea el país más lector con una media de 10,7 horas/semana, pese a tener una tasa de analfabetismo del 39% a partir de los 15 años. Los tailandeses dedican, a la misma labor, 9,4 horas/semana. El tercer puesto es para China (8 horas/semana). Los siguientes, hasta el vigésimo, corresponden a: Filipinas (7,6), Egipto (7,5), República Checa (7,4), Rusia (7,1), Suecia y Francia (6,9), Hungría y Arabia Saudí (6,8), Polonia (6,5), Venezuela (6,4), Sudáfrica y Australia (6,3), Indonesia (6), Argentina y Turquía (5,9) y, por último, España y Canadá (5,8).

Quienes leemos a diario no podemos entender que no se lea o se lea muy poco, por eso tenemos que lanzar algunas recomendaciones. El hábito de la lectura es una herramienta fundamental a nivel personal y laboral: reduce el estrés, incentiva la imaginación y la agilidad mental, activa el sistema visual y nos permite escribir mejor y con menos errores de ortografía, educa la mente y ayuda a estructurar el pensamiento, además de generar temas de conversación que permiten favorecer vínculos sociales. Además, nunca estás aburrido (¿Viajas? ¿Sala de espera en el médico? ¿Cola en el banco o en cualquier otro sitio? Llévate un libro y así entretienes la espera). Tu vocabulario es estelar. Un mejor lector es un mejor escritor. Tienes en tu poder un sinfín de temas de conversación. Según un reciente estudio, la lectura mejora la conectividad cerebral. Se ha demostrado científicamente que leer te hace más inteligente. Mientras que todo el mundo se limita a vivir una vida, tú experimentas cientos de ellas y tienes acceso a la conciencia de miles de personas. Si te quedas sin cobertura o se va Internet, no hay problema, tú tienes un libro. Y cuentas con la cita perfecta para cada situación. Me viene a la mente una de Stephen King: «Los libros son la magia más portátil que existe».