Ni un euro. Ése es el resultado de mi relación con el sorteo especial de Navidad de la Lotería Nacional. Pero no hablo sólo de este año, no. Desde que recuerdo no he pillado más de una devolución compartida en un par de ocasiones y pare usted de contar. Creo que me puedo proclamar el autor de la frase ´al menos tenemos salud´, que tanto y tanto se repitió ayer en muchas ciudades españolas y que siempre deja ese pensamiento que sale desde las entrañas: Los que festejan que les ha tocado ´El Gordo´ también parecen estar servidos de salud, y con un buen ´pellizco´ en el bolsillo -o en el banco, que nunca se sabe donde está el listo-. También puede que mi familia, cuando vea esta pequeña reflexión, contacte conmigo vía abogado pidiéndome el copyright de la coletilla, porque creo que hemos pillado las mismas peladillas desde 1811... Pero bueno, es cierto aquello de que el dinero no da la felicidad. Los ´Lirones´ podemos dar fe de ello desde tiempos ancestrales. Sin un duro antes, euros ahora, partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria y seguimos la mar de felices. Al menos por la parte que me toca. Y ahora, con el mismo dinero que ayer en el bolsillo, a disfrutar de la Navidad. Y más este año, con el filipino de visita todo un mes y con ganas de volver a cantar villancicos, comer mazapanes y tomar mistela. Lo único que me agria el carácter es la noticia de que el Pub Peatón de Granada ha echado la persiana. Cuántos recuerdos en aquella acera...