Integración y personas fueron dos conceptos que estuvieron presentes en el encuentro Diálogo Ciudadano. Hablemos de Europa organizado por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia y el Comité de las Regiones en el treinta aniversario de la entrada de España en la UE.

El Mar Menor estuvo presente como tema fundamental. Preocupa. Hay fondos europeos destinados a la laguna, y estos fondos deben incidir más en la calidad que en la cantidad de las actuaciones puesto que se trata de una Inversión Territoria Integrada. Integración en este contexto es la clave de un proceso que lleva aparejado el respeto al medio natural, al desarrollo, la cultura y a las personas que habitamos en su ribera.

Otro tema que afecta directamente a las personas y que se trató en la jornada fue la creación de empleo para jóvenes. ¿Empleo focalizado en los jóvenes? Por supuesto que sí pero también trabajo para los adultos en una población cada vez más envejecida y en la que predomina el empleo precario. Los fondos europeos deberían primar la estabilidad del empleo por dos motivos: la supervivencia de las familias y la rentabilización del dinero invertido en formar a personas con experiencia. Se trata de invertir y producir. El éxito en materia de empleo no sólo se traduce en el número de puestos de trabajo creados, sino en su estabilidad y calidad, en la optimización de capacidades, el desarrollo profesional y personal colateral que permite la sostenibilidad del sistema.

Pongamos por ejemplo que un o una investigadora invierte en su titulación cuatro a cinco años, continúa con una beca, hace el doctorado, continúa con otra beca, pasa por varios contratos y ya a los 40 ó 45, se va a la calle. Cuantificando los fondos públicos y privados empleados en su formación la pregunta es ¿se han rentabilizado si finalmente termina experimentando en la cocina de su casa? ¿despedimos a alguien para formar nuevas personas y vuelta a empezar? A esto lo llamo yo fuga de cerebros en el mismo barrio. Se trata de crear empleo para cada etapa de la vida, integrar generaciones, sumar, tener visión de futuro.

Por último, hablamos de la integración de las personas en su vertiente más compleja: política social desde la perspectiva de la discapacidad. Y también de la importancia del empleo. Sin embargo, nos encontramos con el hecho de que cuando personas con discapacidad se incorporan a un centro público o una empresa privada no hay fondos para adaptar su puesto de trabajo. Adaptar el puesto de trabajo de una persona sorda, como en mi caso, es contar con un intérprete de LSE en reuniones grupales vinculadas al puesto. Los intérpretes de LSE deben equipararse a cualquier intérprete de idiomas. Imaginemos un político electo sin intérprete ¿qué haría? ¿qué sucedería en el Parlamento Europeo si no hubiera intérpretes? Exigimos intérpretes de otras lenguas en colegios y se consiguen. Sin embargo, en el caso de discapacidad se sobrevive como yo misma hice y hago. Pero es un derecho recogido por ley. Por eso hay que continuar exigiéndolo.

Es un hecho que estar en Europa ha aportado una serie de beneficios en nuestra calidad de vida y desarrollo y también en nuestras relaciones con el resto de países. Los fondos son siempre bienvenidos y nos permiten crecer, pero es necesario un enfoque profundo para emplearlos donde sean realmente eficaces y necesarios. Integración de personas con discapacidad sí pero en igualdad de oportunidades. Empleo para jóvenes sí; pero con estabilidad en el empleo de mayores ya formados y con experiencia. Fondos ITI sí; con enfoque medioambiental prioritario y de regeneración de la calidad de las aguas del Mar Menor.

La Europa que imaginas, la de la integración real y la de las personas conviviendo en respeto entre ellas y con su medio natural, es posible. Hay fondos. Las necesidades prioritarias son claras. Sólo hay que ejecutar con valentía y conocimiento.