Una encuesta realizada por Sex Place entre 600 clientes de diferentes ciudades revela que el uso del móvil ya rompe dos de cada cinco relaciones entre parejas. Y ¿por qué? ¿Por el control de las llamadas o de los ´wasaps´? Pues no, por la hiperdependencia de este aparatito inalámbrico que comenzó siendo un ladrillo y que nos lleva locos a todos. A esa total dependencia ya le han puesto nombre: ´phubbing´, que es el resultado de la fusión de otras dos palabras inglesas, ´phone´ (teléfono) y ´snubbing´ (desairar). Y es que los que padecen este mal están totalmente pendientes de su teléfono cuando están en compañía de otras personas, ´desairando´ a los demás, lo que por supuesto afecta a las relaciones de pareja. No hace falta ningún estudio para ratificar lo que se ve cada vez que uno sale a tomar una copa o a comer a un restaurante: familias completas, cada uno con su móvil en mano, a lo suyo. Y grupos de amigos, idem. Como si no tuviéramos ya suficientes problemas con las palabras terminadas en ´-ing´, a saber, ciberbulling, phising, sexting, mobbing, bulling...

Para qué seguir.