La luna, el único satélite natural de la Tierra, hipnotiza a cualquiera. Corona el firmamento, ilumina las noches de verano y acompaña a las estrellas -y a nosotros-. Sigilosamente, como quien anda de puntillas, nos advierte sobre el paso del tiempo, cambiando de aspecto, de fase en fase; «la luna se ha puesto gordita», decía mi sobrina. Con las redes sociales se ha convertido en la reina del 'postureo' veraniego, Bajo la luz de la luna declaraban su amor Los Rebeldes, Méliès la llevó al cine en 1902 inaugurando así el género de ciencia ficción y quién no ha querido ser de pequeño tan alto como ella... Cientos de mitos la envuelven, como que influye en la salud mental, que afecta al comportamiento animal o aumenta la fertilidad, pues existe la creencia de que una mujer tiene más posibilidades de quedar embarazada o dar a luz en luna llena. Lo que sí es cierto es que desde el hombre primitivo hasta nuestros días acapara nuestra atención; pues la luna lunera tiene el poder de detener a cualquiera durante unos minutos, esté donde esté.