Hay frases acuñadas que tienen una gran utilidad. Cuando se supo el resultado del referéndum británico favorable a la salida de la Unión Europea y empezaron a hablar los gobiernos europeos para rebajar el relato catastrófico que se había hecho en las islas en el caso de que ganara el Brexit, me vino una frase a la cabeza: «Mantén la calma y sigue adelante». «Keep calm and carry on» fue un póster producido por el gobierno del Reino Unido en 1939, al inicio de la Segunda Guerra Mundial, para subir la moral de la ciudadanía bajo amenaza de una invasión inminente. El lema del cartel esta vez encajaba perfectamente para subir la moral de la ciudadanía continental bajo la amenaza de la evasión del Reino Unido.

Turquía acaba de vivir un golpe de Estado que está liquidando la exigua democracia del país al que Europa ha subcontratado la parte más sucia de la crisis de refugiados. Austria pide que se detenga la adhesión a la UE -que siempre fue dudosa- y el gobierno turco lo interpreta en términos de racismo. España -que tuvo muy discreta ayuda europea para acabar con el franquismo- hubo de esperar casi diez años después de la muerte natural de Franco para ser admitida porque la comunidad europea era muy celosa de la calidad democrática del aire que se respiraba en sus países. Ahora se admiten niveles de contaminación mucho más altos. Varios países miembros están pisando el felpudo del fascismo. Como sea, la sucesión del Brexit y del golpe turco sugiere para la Unión Europa un educado «dejen salir antes de entrar».

La investidura imposible española por la imposibilidad de reunir voluntades en pactos políticos no sugiere nada para construir un gobierno nuevo pero sí para renovar parte del mobiliario de la casa. La mueblería que proclame en su publicidad 'No es el momento de hablar de política sino de sillas' conocerá el éxito de ventas.