Como en todos los momentos de transición, fenómenos aparentemente antagónicos coinciden de forma simultánea, haciendo francamente difícil saber por qué están surgiendo determinadas realidades contradictorias y casi imposible adivinar a dónde conducirán las tendencias actuales en el futuro. Eso sucede con el fenómeno del comercio online o físico, o la aparente disyuntiva entre ´bits vs bricks´ (o las webs en internet frente a los comercios físicos). Por una parte vemos cómo se han desarrollado auténticos gigantes del comercio digital como Amazon, una empresa que nació como una librería online y que hoy vende millones de referencias, algunas tan alejadas de los libros como los zapatos o las verduras. Sin embargo, Amazon anunció hace un par de meses que tenía intención de abrir más de cien librerías físicas a lo largo del territorio en Estados Unidos, básicamente en los centros de grandes ciudades. Y es curioso observar cómo la primera empresa tecnológica del mundo, Apple, no para de abrir tiendas físicas, para regocijo y disfrute de sus millones de clientes de todo el mundo, que así pueden hacer colas kilométricas alrededor de ellas cada vez que se lanza un nuevo producto al mercado. ¿Pero en qué quedamos? ¿No se trataba de que internet iba a suplantar definitivamente el viejo mundo del comercio físico, con sus costosísimos costes de mantenimiento y localización? Para complicar aún más el fenómeno, estamos viendo cómo también cadenas de comercios tradicionales, como Zara o WalMart, por citar dos cadenas líderes en diferentes sectores comerciales, están potenciando y ampliando su presencia online, con excelentes resultados por otra parte. Probablemente nos extrañaríamos menos si pensamos que la historia de los avances en tecnologías de la información están sembrados de predicciones de extinción que nunca se cumplieron. La fotografía iba a terminar definitivamente con la pintura (en cierto modo impulsó el nacimiento del impresionismo y del abstracto), la radio iba a acabar con la prensa escrita (quién se iba a molestar en leer cuando se podía oír sin esfuerzo), el cine con la radio, la televisión con el cine, e internet con todo lo anterior. La verdad es que al final ningún invento acabó con el anterior, simplemente cada uno buscó su acomodo. A veces de forma traumática, eso sí, como sucede con el modelo tradicional de la prensa frente a internet. Y eso es porque la realidad es siempre mucho más compleja que el mundo simple y maniqueo dibujado por los agoreros de todos los desastres. El caso es que cuantos más medios de comunicación existen, mayor es nuestra capacidad de estar informados y esto, a su vez, estimula la capacidad y el interés por seguir esa misma información a través de distintos soportes. Si hemos leído sobre un tsunami en el móvil, devoraremos la información sobre el mismo asunto reflejada en el periódico de la cafetería, nos detendremos ante la emisora de radio cuando dé información actualizada y estaremos atentos a la televisión cuando dé imágenes de sus consecuencias devastadoras. En esta misma línea, la complementariedad entre lo digital y lo físico en el mundo comercial hace que se refuercen mutuamente. Si tienes una tienda online de éxito, piensa en montar una tienda física. Y si es al revés, también.