No vayan ustedes a creerse que los partidos políticos que aspiran a gobernarnos lo tienen fácil.

Con todo el que hablo, casi sin excepciones, sale a colación el folletín de quien saldrá presidente y me preguntan qué pienso yo que pasará al final. Algo así como cuando vas a ver una película de esas de gran emoción con final incierto y luego alguien que no la ha visto te pregunta por el final€, solo que ésta película política, parece más una ´charlotá´. ¿Qué va a pasar?, pues ya lo están viendo ustedes, queridos lectores, que ni ellos mismos lo saben. Están jugando al ajedrez, o mejor dicho, al parchís, que son cuatro.

De momento por lo que se ve y se palpa, solo están pensando en ellos mismos y sus intereses. Ustedes, nosotros, de momento no contamos, ya hicimos nuestro trabajo en las urnas y ahora ya hemos dejado de ser importantes hasta que haya nuevas elecciones. Eso si, no paran de decir que España no puede permitirse las terceras votaciones, pero caminamos hacia ellas irremediablemente. Unos falsos y egoístas que solo piensan en ellos y que de políticos de Estado solo tienen las posaderas y su contenido interno.

De todos el mayor es el propio Mariano Rajoy, político quemado que nadie entiende por qué quiere seguir si ya tiene una paga para toda la vida, más privilegios y concesiones.

Mariano se ha empeñado, como cabezón gallego, en repetir de presidente agarrándose a los resultados electorales, olvidando, además de la teladearaña de la corrupción que le ha rodeado y rodea, que a quien la gente ha votado ha sido al Partido Popular por encima del candidato, que pudiera haber sido otro y los votantes del PP también le hubiesen votado.

Rajoy la tiene cagada y bien cagada, no así el PP, puesto que una cosa son las personas con sus conductas y comportamientos y otra el partido que representa. Oye, que si, que Mariano la tiene hecha y bien hecha.

Es por esa razón, por la que Albert Rivera no le da el ´sí, quiero´ a la continuidad del presidente popular, que sepamos, aunque en los asuntos de la política y de la cama, todo cabe.

Lo de Pedro Sánchez, el guapo, que últimamente está mucho más serio, es diferente. Por coherencia política no puede apoyar a Rajoy, aunque sí podría abstenerse, como le dice Felipe González, para permitir que sea el PP el que gobierne pero€, sin Mariano, que hasta ahí las tragaderas pudieran aguantar.

Lo de mi Pablico Iglesias ya es otra cosa, lo suyo, aunque está más moderado, es montar el circo esté quien esté y pase lo que pase. Para eso es mucho mejor que gobiernen los populares, así que ahí están. Su lucha por un gobierno de cambio no termina de cuajar.

¿Qué va a pasar?, me preguntan, pues no lo se. Cuando piensas que nuestros cuatro líderes, más los líderes pequeños, deben ser gente preparada y cualificada, políticos de altura, que lo que de verdad quieren es un país mejor, pues pienso que terminará gobernando Rajoy y que de regeneración y limpieza de toa la mierda de la política, pues ná de ná.

Pero si pienso que lo que tenemos delante son cuatro venaos de la política que para ellos lo primero son sus egos y culos, termino pensando que nos iremos a las terceras elecciones, para obtener otro resultado como el de las primeras y segundas votaciones, y así hasta que reviente la cosa.

Solo Dios sabe lo que va a pasar, y hasta éste debe tener sus dudas, porque ¡anda que vaya cuatro!..., si esto es lo mejor que tenemos por la política nacional, imagínense lo que dan de si los políticos autonómicos y locales.

¡Cuánto nos queda que aprender del sistema democrático y participativo!, así que todo esto que nos pasa es tal cual lo que somos. Reza por ahí un dicho que dice «nunca debiera ser que del carro tire el hombre y el asno vaya subido en él», pero en esta España de nuestros amores, todo puede pasar.

Chsss, por cierto, no se crean que cuando haya gobierno ha pasado lo peor, no, no lo crean, que lo peor viene después.

Como dice mi compadre Paco, mirando el Mar Menor, con una cerveza fría en la mano y unas quisquillas que ahora están baratas, «¡qué pijo pactos!..., aquí lo que hacen falta son dimisiones y que vengan otros». Tó arreglao.