Los problemas del Mar Menor han trascendido a nuestra Comunidad Autónoma. Se ha podido leer en los diarios de tirada nacional cómo lo calificaban de ´sopa verde´ o de cómo éste podría ser su último año debido a la extrema turbidez de sus aguas. De cómo las distintas Administraciones no han hecho nada para evitar los vertidos, de la excesiva presión urbanística y de las malas prácticas como las denominadas regeneraciones de playas, aumento de infraestructuras o proliferación de espigones que han impedido el movimiento natural de las corrientes marinas, algunos de ellos retirados recientemente, por la presión de los vecinos.

A riesgo de que los representantes del Partido Popular me tilden de alarmista, que es la fórmula mágica que parecen haber encontrado para acallar las bocas de todos aquellos que pongan en tela de juicio su pasividad más absoluta en estos últimos veinte años en los que han gobernado esta Región. De acallar las bocas de todos aquellos que les responsabilicen de su extrema pasividad en la recuperación del Mar Menor y de haber permitido actuaciones que nunca debieran haberse realizado. Y las de todos aquellos que les responsabilizan plenamente por la grave situación de ese maravilloso entorno natural.

A ellos que, repentina e inusitadamente alarmados, parecen haberse dado cuenta de la gravedad de la laguna en este momento y de que son necesarias medidas de urgencia para evitar, si es posible, que su degradación alcance cotas irrecuperables. Quienes, según se pudo escuchar en el Debate del Estado de la Región de esta semana, se atreven a expresar que todos vamos en contra del Mar Menor, excepto ellos, naturalmente, que, al parecer, deben tener carta de naturaleza en emitir opiniones en exclusiva sobre este este asunto.

No. No quiero ser alarmista, pero las deplorables condiciones en las que se encuentra el Mar Menor han llegado completamente al conocimiento de la ciudadanía que, a través de las redes sociales, ha podido abrir los ojos y percatarse de que lo que se lleva diciendo desde hace tantos años no era por llamar la atención ni porque alguien pretendiera dañar la imagen de los diferentes Gobiernos regionales del mismo signo que hemos tenido la desgracia de padecer.

Porque esa urgencia que parece haberle dado al actual Gobierno regional debe estar relacionada con su repentino descubrimiento de que el Mar Menor está colapsado o, quizás, tal vez, por la intervención de la Fiscalía, que ha actuado en dos frentes. El primero, por las penosas condiciones en las que tienen que vivir los vecinos de los núcleos urbanos de Mar de Cristal, Los Nietos, Playa Honda o Villas Caravaning, que sufren periódicamente inundaciones debido a las tormentas típicas de la zona. La Fiscalía ha manifestado que existen indicios de cuatro delitos en la zona donde se concentran cultivos de regadío que han modificado la orografía y facilitan la acumulación de las aguas de escorrentía alrededor de sus viviendas, además de las aportaciones de sustancias tóxicas al Mar Menor.

La otra intervención de la Fiscalía está relacionada con los taponamientos de los salmueroductos de los agricultores a los que la Confederación Hidrográfica ha procedido, sin haber planteado soluciones previamente. Ahora, después del tremendo enfado de éstos y de sus movilizaciones, les han hecho la promesa de facilitarles agua.

Necesitamos un Gobierno responsable que actúe con contundencia y continuidad, para que los miles de turistas que vienen a visitarnos todos los años, se lleven el mejor recuerdo de sus vacaciones cuando vengan al Mar Menor. Para que el sector turístico del que viven tantas familias, puedan seguir haciéndolo en el futuro. Para que se siga creando empleo. Para que las generaciones venideras puedan disfrutar de este entorno natural, uno de los mejores de toda Europa. Para que la actividad económica generada pueda seguir contribuyendo a ese, algo más, del 10% del PIB regional. Si no se toman medidas urgentes, todo esto, lamentablemente, desaparecerá.

El Mar Menor tiene futuro. Pero juntos, la sociedad civil y las fuerzas políticas, hemos de forzar a que, quien tiene la responsabilidad de tomar las medidas necesarias, lo haga con celeridad. Utilicemos los fondos europeos destinados a la recuperación del Mar Menor en orden de prioridades y demandemos a la Unión Europea los que, adicionalmente, pudieran ser necesarios. Los socialistas estamos convencidos de que actuando con firmeza, responsabilidad y continuidad, se puede conseguir. Seguiremos trabajando para que esto suceda.