Hazlo divertido y todo el mundo lo querrá. Así de simple, así de complicado, sobre todo para los que pertenecemos a una raza, la humana, con tendencia a la autodestrucción y al ´y si´. El ´y si´ es el enemigo más peligroso. La suposición siempre en negativo, como dijo aquel. El ´y si me sale mal´, el ´y si se acaba´, el ´y si no estoy a la altura´. Muchas veces pasamos más tiempo preocupándonos por las cosas que imaginamos de forma tremendista que pueden llegar a ocurrir que ocupándonos (nótese la falta de ´pre´) de las que realmente llegan a pasar.

Y luego está quien se lanza en paracaídas a su vacío existencial, quien cree ver una tormenta en el mismo vaso de agua donde se está ahogando. Quien está deseando que el tiempo le dé la razón, sin percatarse de que es muchísimo más interesante la locura. Quien tiene un pasado prometedor y empieza a mirarlo de un modo demasiado solemne. Y, peor aún, a tenerle brutal respeto. «Oh, tengo un pasado prometedor, no dejaré que ningún deseo lo mancille, no me quiero estrellar». Y quién sabe, idiota, si te vas estrellar. Además, estrellarse también puede ser llenarse de estrellas.