Acabáramos. Pablo Manuel Iglesias, como le llaman en el PSOE, ha terminado reconociendo que considera a José Luis Rodríguez Zapatero nada menos que «el mejor presidente de la democracia». Es más: ha llegado a asegurar que el expresidente le suele atender cuando lo necesita y que le consulta cuando tiene dudas ´sobre temas importantes´. Unas afirmaciones que pueden resultar sorprendentes, pero que conceden la razón a quienes creemos que el surgimiento del populismo de extrema izquierda en España tiene un padre, que no es otro que un zapaterismo cuyas políticas se basaron en la demagogia fácil, el sectarismo y la deliberada generación de una ´tensión´ promotora de enfrentamientos incluso de tintes guerracivilistas. Solo faltaba que una crisis económica de una gravedad sin precedentes en la historia reciente y su difícil gestión y digestión terminaran de abonar el terreno para la extensión de una corriente populista antisistema que ahora incluso amenaza con hacerse con la hegemonía de la izquierda.

Aunque, más allá de las estrategias políticas de un Iglesias que, en su supuesta conversión socialdemócrata, pretende apelar a un electorado afín al PSOE para seguir comiéndole terreno electoral, y del hecho evidente del carácter especialmente nefasto para España de unos Gobiernos, los presididos precisamente por Zapatero, que nos condujeron a los peores niveles de paro y recesión económica, esta alabanza del líder de Podemos al expresidente socialista es especialmente indicativa para un electorado que ha sido llamado a las urnas el 26J, y muy especialmente para el murciano.

De tal forma que, tras las loas de Iglesias a Zapatero, quien piense votar a Podemos ya sabe que la formación ´morada´ tiene como espejo en que mirarse a la persona que más daño ha hecho a la Región de Murcia, que más la ha hundido: no solo con la derogación del trasvase del Ebro, la primera medida que tomó de resultas de su pacto de investidura con ERC, sino también con el sistema de financiación autonómica, por el que se nos sigue condenando al último lugar en la financiación con habitante. No solo eso: además de dejarnos absolutamente abandonados en materia de infraestructuras, algo que el Gobierno del Partido Popular está intentando solucionar a marchas forzadas con iniciativas como la próxima llegada soterrada del AVE a Murcia, tampoco cabe olvidar que nos situó a la cabeza del paro en España después de Andalucía.

Tuvo que llegar el Gobierno de Mariano Rajoy para consolidar por medio del Memorándum un trasvase, el del Tajo-Segura, que el PSOE de Zapatero puso en solfa, y de esta forma, junto a otras medidas como el Decreto de Sequía, garantizar el agua que Murcia necesita; y para sostener las cuentas de la Región con mecanismos de liquidez como el FLA y con ayudas para pagos a proveedores por más de 5.000 millones de euros: esto es, justo lo contrario de lo que hizo el Gobierno socialista (de Zapatero), que asfixiaba la economía de la Región de Murcia. Y qué decir de la creación de empleo: gracias a la reforma laboral de Rajoy y las medidas liberalizadoras de Pedro Antonio Sánchez, Murcia se sitúa ahora a la cabeza de generación de puestos de trabajo y reducción del paro.

Por tanto, los ciudadanos de la Región deben saber que votando a Podemos votan a Zapatero y a las políticas del pasado. Por otra parte, votar a Albert Rivera, que se atreve a vetar a Rajoy aunque éste consiga otra vez ganar las elecciones, es hacerlo por la muleta de Pedro Sánchez, tal y como está volviendo a quedar de manifiesto los últimos días. Así pues, hay una única opción seria, de futuro y reformista: el Partido Popular.