Tengo 53 años y, hasta hoy, aún no sabía qué quería ser de mayor. Pero una noticia en la prensa ha despertado mi vocación. He leído que van a montar en Álava una granja de mariposas; 8.000 metros cuadrados de terreno cubiertos con una cúpula de maya. En principio, el objetivo será venderlas para soltarlas en las bodas€ ¡Qué bonito! Cómo me gustaría criarlas en mi biblioteca, donde escribo. Sentirlas revolotear a mi alrededor mientras imagino historias; contemplarlas detenidas sobre la pantalla del ordenador; sentirlas posadas sobre mis dedos mientras tecleo palabras que, algún día, volaran en la mente de un lector€ Creo que me gustaría ser criador de mariposas.