El 26 de Junio volvemos a las urnas. Todos los españoles y españolas volvemos a las urnas. Da igual que ya manifestáramos nuestra apuesta por el cambio hace seis meses; no ha servido absolutamente para nada. Por la intransigencia ideológica de unos y por los bloqueos calculados en rédito electoral de otros, nos encontramos en una nueva oportunidad de apostar con mayor fuerza por ese cambio, oportunidad que no debemos ni vamos a desaprovechar los progresistas de la Región de Murcia.

Los socialistas nacimos hace ya más de 137 años para batallar contra la indiferencia, por no ser indiferente a ninguna injusticia y por luchar por la libertad, la igualdad y la dignidad de las personas. ¿Quién puede estar indiferente viendo como sus vecinos tienen un trabajo de miseria y además les piden que den gracias por ello? ¿Quién puede estar indiferente viendo a su vecina dependiente con las prestaciones recortadas y además le piden que dé gracias por no habérsela quitado completamente? ¿Quién puede estar indiferente ante esa mujer que tiene un salario paupérrimo comparado con el de un hombre y además le echan en cara que donde debería estar es en su casa? ¿Quién puede estar indiferente ante las familias vecinas nuestras con trabajadores de 52 años que ven cómo terminan en el paro sin ni una sola ayuda y sin perspectivas de una pensión digna el día de mañana, porque algunos se han empeñado en cargarse la hucha de las pensiones?

La indiferencia nos puede atraer, nos puede tentar e incluso seducir porque es mucho más fácil ver a quien sufre y lo pasa mal desde una posición lejana e indiferente que cercana a tantas personas que necesitan de nuestro afecto y nuestra pasión en la defensa de esta sociedad igualadora de derechos que hemos construido, construimos y construiremos siempre desde la socialdemocracia. Y estoy convencido de que en la Región de Murcia hay muchas más personas que combaten la indiferencia que aquellas que la defienden, aunque eso de nada sirve si no se demuestra en las urnas el 26 de Junio. Y es, precisamente en esas urnas donde, con nuestro voto, podemos validar las políticas y actitudes indiferentes o hacer una apuesta de verdad por el cambio hacia las actitudes y decisiones de reconstrucción del progreso en España: progreso en derechos sociales, en derechos laborales y en derechos de igualdad.

La indiferencia, además, siempre es amiga del enemigo, del opresor, del maltratador. Mostrarse indiferente es, sencillamente, apostar por la permanencia de la situaciones frente al cambio que necesitamos. Por eso, las familias con un trabajo de miseria, las vecinas dependientes, las mujeres con salarios paupérrimos o esos pensionistas (de ahora o del futuro) que ven peligrar su vejez digna, no pueden llegar a pensar nunca que nosotros, los progresistas, los socialdemocrátas, no podemos mirarles, que no podemos llevarles una chispa de esperanza, que no participamos de sus apuros y de sus angustias, porque sencillamente en ese momento „justo en ese momento en el que lo piensen„ los estaremos exiliando de la sociedad de cambio que queremos construir.

El 26 de Junio tenemos una nueva oportunidad para manifestar nuestra oposición a la indiferencia y manifestar nuestro Sí a la reconstrucción de esos derechos retrocedidos. Por un Sí a esa esperanza y a esa sociedad de cambio, hay que votar el 26 de Junio y hacerlo por aquellos que mejor representan la batalla contra la indiferencia: el Partido Socialista.