Cumplida la edad a la que ella se encamina, mi único viaje al extranjero consistió en dos horas de trayecto a Faro. Puede que ahí virara el en ciernes corresponsal de guerra hacia la de nuestros próceres, que incruenta tampoco es que sea. Mi hija está cerca de convertirse en treintañera con una mochila pelín diferente. Tras el bautismo en interrail con el que llegó a Praga y se trajo de regalo unos mejicanos potentados que era para verlos, ha vivido en Bamberg, otra temporada en Leipzig, un lustro en Edimburgo, trimestre pleno en Montevideo con previa descomunal en la que atravesó lo que no hay en los escritos Machu Pichu incluído y, después de un ciclo para despistar en el madrileño Barrio de las Letras, se halla analizando una propuesta a fin de dar clase a críos en Zurich.

La abuela andaluza y la castellana está loca por ella pero, con sólo escuchar el tute, ha de sentarse para no desfallecer. Es muy difícil que usted no conozca a alguien que acumula descendencia desparramada por un motivo u otro. No hay más que ver cómo se descojona la hucha de las pensiones después de que el 36 por ciento de la población asalariada cobre en la Piel de Toro menos de seiscientos euros, que se dice pronto. Y, como el cuerpo lo tienen habituado, no es que los de estas quintas se flagelen a diario, pero frustra. Una legión que está hasta ahí mismo de bandeárselas en Londres y no poder plantearse retorno alguno porque las condiciones no alcanzan ni el trastorno que supone vivir en semejante selva.

Mi niña es una fiera y lo saben hasta en Pekín, donde una amiga suya argentina, claro se ha encargado de divulgarlo. Tiene dos carreras y he perdido la cuenta complementaria. Nadie la achanta y, dándole valor a aquello que realmente lo tiene, no se deja impresionar. Sin embargo, cuando le han dicho salario y aunque Suiza engañe, quiere verlo en la cuenta aunque sea una vez. Es lo que hay. Y eso que ella es un ciclón y que consciente la madre, claro de cuál es la locomotora, se licenció en Traducción e Interpretación de alemán. Si llega a coger griego...