Desde hace unos años, tengo la sensación de que la Semana Santa en la Región sufre los rigores de un clima poco propicio y que nada tiene que ver con ese otro rigor con que nos trata, ese clima, durante todas las estaciones de todos los años, cuando lo raro es que llueva. No llueve nunca y al clima le da por llover en Semana Santa. La lluvia ¡se dedica a perjudicarnos! ¡Qué contradiós, por Dios! Cuando no llueve, malo, y cuando llueve, también. ¡Pues qué ocurrencia ésta la que la Naturaleza tiene con la Región! ¿Será cosa de que doña Naturaleza está de parte de quienes quieren abatir determinada ´hegemonía cultural´ en España?

Yo probaría a trasladar la Semana Santa al mes de agosto, a ver si hay güevos a llover.