Más que reprimir de plano los factores que hoy amenazan a la Naturaleza, habría que acomodar lo que se nos viene encima preparándola para ello de manera sostenible. Y lo que se nos viene encima es, ni más ni menos, que 2.000 millones de personas más habrán de disponer de la misma o mayor disponibilidad energética de la que ahora disponemos quienes vivimos en países desarrollados. Esto es imparable. La respuesta a este reto será progresiva y eficaz, atenta a la evolución del cambio climático y con el argumento de emplear más nuestros mejores conocimientos científicos disponibles que todo aquello que provenga de una pasión ideologizante adornada con el soporte científico más oportuno. Esto es, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas, aprobados por la ONU en la Asamblea General de septiembre de 2015 (Agenda 2030).