Aunque es verdad que por norma general todos los futbolistas suelen recelar en primera instancia de los medios de comunicación por su temor a las críticas, hay dos ejemplos muy significativos en la Liga española de los dos grandes maleducados por excelencia, y cada uno cae del bando de uno de los grandes del balompié nacional. Por parte del Real Madrid aparece la figura de Cristiano Ronaldo, que por hablar tres idiomas se cree superior al resto, y no hace mucho contestó de mala manera a un periodista que le preguntó por cuestiones extradeportivas con un «tú no eres muy inteligente haciendo esa pregunta». Como si CR7 hubiera pasado por la Universidad y tuviera tres carreras. Pero si Cristiano tiene el ego inflamado, el colmo de los colmos se lo lleva Luis Enrique, el entrenador del Barcelona y una persona que ya demostró su respeto por la prensa cuando en 1996 agredió a un fotógrafo de Marca que lo captó pasando el reconocimiento médico previo a su trasvase de Madrid a Barcelona. Y es que el asturiano responde con tan mala pipa a los periodistas que de no ser por los títulos conseguidos habría que ver si se gasta la misma valentía ante las plumas y los micrófonos. Por suerte, la mayoría no son así. Menos mal.