Me van a perdonar pero como cualquier ser humano, yo también tengo mis debilidades y una de ellas se llama Pilar. Es mi abuela, la que me abraza desde el cielo todos los días y con la que hablo a diario y hasta le pido consejo. Ella siempre me escucha y me acompaña como cuando era niña y siempre tenía un sonrisa, un achuchón o un «ven aquí, princesa, y dame un beso». Supongo que muchos se sentirán identificados conmigo al leer estas líneas porque quién no tiene sus debilidades confesables. Una mujer luchadora, que sacó adelante a sus cuatro hijos cuando se quedó viuda, que estudió Magisterio y después Medicina y que, de hecho, fue la primera mujer médico de Cartagena. Una señora con carácter y mucho temperamento, es cierto, pero con una sensibilidad especial para el arte y la pintura. Muchas felicidades en tu día.