Acabose y terminose. El verano 2015 llega a su fin y millones de españoles vuelven a sus puestos de trabajo tras el mes de descanso por antonomasia. Para los que estamos hace tiempo en marcha tampoco son buenos momentos, pues se acabó lo de poder aparcar donde queramos y lo de tener la ciudad casi vacía para nosotros solos. Tener vacaciones en julio, como me ha tocado este año, supone por tanto tener que pasar dos veces por lo que llaman crisis postvacacional. Lo mejor que tiene el final del verano es que se acaba también lo de ver fotos en las redes sociales de gente en la playa, con una copa en la mano para indicar, irónicamente, que están «sufriendo»... Imagino que hoy subirán imágenes en su curro con el epígrafe «disfrutando». Y es que parece que ahora, en esta era de la hiperconexión, no puede uno pasárselo bien si no se lo comunica al resto del mundo. Además, con muy poca originalidad. En fin, mucho ánimo para los que vuelven hoy, que eso de la depresión solo es un invento moderno para fastidiarnos los últimos días de vacaciones. El cuerpo se adapta a la rutina con rapidez. Y siempre se puede seguir «sufriendo» en los huertos del Malecón.