Los sicarios que han construido el túnel por donde huyó el narcotraficante mejicano utilizaban un gorrión para comprobar la pureza del aire (los mineros solían usar un canario para detectar fugas de gas, del temido grisú). Antes de abandonar la celda, el Chapo Guzmán se aseguró de que el pájaro sobreviviera y fuera entregado a los guardianes para que lo custodiaran. Son rasgos compatibles en la naturaleza humana: ser responsable de miles de muertos y mostrar sensibilidad con un pequeño animal. Esto es lo anecdótico, lo importante es que este rocambolesco episodio viene a aumentar la sensación de que Méjico es un Estado cuasi-fallido por culpa de la corrupción.