Permite esta dulce intromisión…

He pensado muchas veces en escribirte (perdón por mi atrevimiento por tutearte, pero es la cercanía que creas cuando leo tus artículos en LA OPINIÓN). Contarte la fuerza que transmites en tus reflexiones casi semanales, tan llenas de esperanza, solidaridad, ternura, fuerza, entusiasmo y rebosante de ‘poesía de vida’ en realidad. No quisiera parecer cursi, que tampoco sería un problema, pero son muchas las ocasiones en las que tus reflexiones desde esa ‘Torre de Amores’, pareciera que estuvieras hablando, para las personas presas, las personas sin libertad.

Me imagino que te puedes haber sorprendido, pero así lo siento, y así te lo expreso. Cuántas páginas has dedicado a las caídas, portan variadas circunstancias, para que se levanten y se pongan a andar, como si nada negativo hubiese sucedido, no sabes la importancia que eso tiene. Lo verdaderamente es que en cualquier lugar (imagino que también por Internet) se pueda abrir un diario y tropezarte de golpe, estando tan fuera del mundo como nos encontramos aquí, y a la vez sentir tal nivel de cercanía a través de unos escritos en un periódico (será algún milagro).

Es, posiblemente, que sea la primera vez en mi vida que esté escribiendo una carta (manuscrita, que ya no se llevan, menos en la cárcel) a una persona con la que nunca he hablado o no conozco personalmente, pero después de tanto tiempo, no lo he podido evitar y lo hago para que puedas comprender el amor y la poesía que tus artículos rezuman por los cuatro costados, y no es para pedirte absolutamente nada es para agradecerte tu bondad, tu alegría, tu sensibilidad en lo que escribes. Cuánto mejor iría este mundo, si de vez en cuando nos parásemos un poco, sólo un poco a pensar en lo verdaderamente importante. En la vida siempre estamos esperando algo que nos indique el camino correcto, pero quién se da cuenta de esas indicaciones, no es fácil darse cuenta, pero no podemos dejar de reflexionar, debemos abrir la mente por negativo que todo nos pueda parecer.

Ya lo decía mi abuela: «Dos cosas se tienen que poner muy mal para poder ponerse bien», y debe de ser verdad; pero ¿cuánto tiempo podremos aguantar esta ‘caída libre’? Imagino que «golpe a golpe y verso a verso» como decía el poeta, todo puede cambiar, la cuestión es elegir otro camino, otro recorrido, otra salida, una manera de hacer y ver las cosas, la senda y el camino son largos, incluso tenebrosos.

Siempre nos quedará la música, los libros, la poesía, la palabra, la amistad, la familia, la radio, La 2, Radio3 y, por supuesto, ‘Nuestra Torre de Amores’ y la vida para poder trocearla y comérnosla con la mente abierta ante cualquier adversidad y darle color, impregnarla de entusiasmo, tendremos que mojarnos, no vamos a tener otra solución. Decía Silvio Rodríguez, en la Canción del elegido: «Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida».

En estos días, por unos hechos acaecidos, me he acordado de unas palabras de una persona muy apreciada, lo dijo en una despedida personal (marchar a trabajar en otro Centro Penitenciario): «Carlos , lo importante es lo que uno da, no lo que uno recibe a cambio». Decirte que, en momentos de flaqueza, leo tus artículos y de pronto tomo fuerzas para seguir afrontando las distintas situaciones que la vida nos va ofreciendo. «No pienses que estoy muy triste/si no me ves sonreír/ es sinceramente despiste/ maneras de vivir».

C.N. G. Interno del Centro Penitenciario Murcia 2