No suele ser habitual que las instituciones culturales de nuestra región sean sometidas a una mirada de género que atienda a la presencia de mujeres en ellas, bien a nivel de gestión como en lo que respecta a sus programaciones. Cuando se abordan, son analizadas en función de sus actividades, omitiendo, como si el tema fuese baladí, la relación masculino-femenino que rige su política cultural; omisión que es constante y sustantiva de la ceguera patriarcal en la que nos hemos educado.

+ Mujeres, colectivo en defensa de la igualdad de género en la cultura, ha realizado una somera investigación sobre algunas instituciones culturales en Murcia, con objeto de que sirva como análisis de la situación en la que se encuentra nuestra Comunidad Autónoma cuando se aplica la lupa de género a nuestro actual tejido cultural. He aquí algunos resultados.

Bibliotecas Regionales. En la Biblioteca Universitaria, integrada por 17 Bibliotecas y Puntos de Servicio, encontramos un colectivo de 109 trabajadores de los cuales 78 (71%) son mujeres frente a 31 (28%) hombres. En los últimos 35 años siempre había estado a la cabeza de la misma una directora. Esta situación ha cambiado recientemente y en la actualidad la dirección está a cargo de un bibliotecario. Encontramos, como suele suceder en el resto de bibliotecas de la Región, que los puestos técnicos de responsabilidad intermedia están mayoritariamente en manos de mujeres pero no la responsabilidad principal.

Similar es el caso de la Red de Bibliotecas Públicas Municipales. El sistema está formado por 18 bibliotecas y un colectivo de 77 personas, 57 mujeres (74,02%) y 20 hombres (25,97%). Al igual que en la Universidad, el Jefe de Negociado de la Red, cargo principal en este caso, es también hombre.

A su vez, la Red Regional de Bibliotecas Públicas, integrada por 95 bibliotecas cuya cabecera del sistema es la Biblioteca Regional, está integrada por un colectivo en su mayoría también femenino, ocupando éste puestos de responsabilidad intermedios, estando la dirección general ocupada por un hombre.

Encontramos, pues, una situación bastante homogénea en los tres ámbitos institucionales analizados, regional, municipal y universitario, resultando bastante equiparable la situación de la mujer bibliotecaria en todos ellos, siendo los hombres los que ocupan los puestos de alta responsabilidad y las mujeres las que están en puestos técnicos de mando intermedio que suponen una carga importante de trabajo con un sueldo inferior y menor visibilidad social. Todo ello pese a ser un colectivo con una mayoría de mujeres evidente.

Universidad de Murcia. Sólo el equipo rectoral de la Universidad de Murcia ya nos habla bien a las claras de la desigualdad de género que sufre esta importante institución formativa, cuyo papel en la defensa de la igualdad debería ser relevante. Se trata de un equipo de once varones y tres mujeres, proporción que se repite entre decanos y decanas de las distintas facultades, arrojando una diferencia demasiado significativa, que debería sin duda corregirse.

De los 24 centros de la Universidad sólo hay 3 decanas (Economía y Empresa, Trabajo Social y Enfermería de Cartagena), lo que equivale a un 12% del total.

De los miembros de equipos directivos de centros (vicedecanos/as y secretarios/as...) alrededor de 168 personas (a una media de 7 por Facultad ) solo hay 49 mujeres, lo que equivale al 29%.

Academia Alfonso X El Sabio. En sus 75 años de existencia, que se cumplen precisamente este año, esta es la relación hombre/mujer que ha existido y existe en una institución donde «los académicos son nombrados entre personalidades destacadas de la cultura murciana, su nómina se va incrementando a través de los tiempos, según las normas que regulan los vigentes estatutos, predominando, en su elección, siempre el prestigio docente, en su caso, la actividad investigadora o creadora y el currículo de los aspirantes, circunstancias que han de venir avaladas por la 'murcianía' de los aspirantes». Sin entrar a discutir lo que significa 'murcianía', un repaso a la institución arroja los siguientes datos:

Ninguna mujer fue nunca académica honoraria en la Academia.

Sólo tres mujeres han sido nombradas académicas numerarias, todas desde 2008 hasta hoy.

Sólo cuatro mujeres han ingresado en la Academia desde 1941 hasta hoy como miembros correspondientes. Incluidas también durante los años 2002 al 2014.

Por otra parte, según el catálogo de publicaciones que consta en su página web (www.todostuslibros.com/editorial/academia-alfonso-x-el-sabio/page:25), de un total de 270 títulos publicados, solo están firmados por mujeres 18; tres más comparten autoría con un hombre, de lo que se obtiene un total 21 libros donde ha participado una mujer, frente a 270 libros publicados.

Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca. Esta academia se define como «continuadora de la histórica tradición murciana de preocuparse de manera especial por las bellas artes, no solamente en el campo de la enseñanza de sus distintas ramas sino, también, en el de la investigación, crítica y cultivo de la arquitectura, la música, la escultura o la pintura».

Como Academia de Bellas Artes su origen se remonta al siglo XVIII y ha pasado por sucesivas refundaciones. En todos esos años no existe constancia de que haya mujeres entre sus integrantes.

Se crea finalmente como Real Academia de Bellas Artes Santa María de la Arrixaca de Murcia en 1999. Su política, definida en sus estatutos, es «promover el estudio, crítica, cultivo e investigación de las artes en general y particularmente de la pintura, escultura, arquitectura, música y artes de la imagen, procurando el estímulo a su ejercicio y difundiendo, por los medios a su alcance, el placer por todas las ramas del arte con el ejemplo y la doctrina».

En lo que se refiere a la relación hombre/ mujer que existe en esta institución:

Su junta de gobierno la forman 7 hombres y ninguna mujer.

En las cinco secciones (pintura, escultura, arquitectura, música y artes de la imagen) en que se divide la Academia sólo dos mujeres forman parte de la directiva de una de ellas (la sección de escultura), frente a 22 hombres.

En las comisiones permanentes hay 14 hombres frente a 2 mujeres.

De los 27 académicos de número electos sólo dos son mujeres (ingresaron en 2002 y 2008).

De los académicos de honor 6 son hombres y sólo dos mujeres (una de ellas ya fallecida).

Entre los académicos correspondientes [1] hay 5 mujeres frente a 13 hombres.

De las 11 publicaciones de Temas murcianos sólo una la firma una mujer.

Sólo hay un catálogo publicado sobre la obra de una mujer, frente a 4 de obras de artistas masculinos.

La Conservera Centro de Arte Contemporáneo. Tomaremos en cuenta la programación del último año, desde febrero de 2014 hasta el actual Ciclo 2, del 18 de marzo al 30 de junio 2015.

Aunque en las exposiciones del pasado año el equilibrio entre artistas hombres y mujeres fue bastante notable, en las exposiciones actuales se ha producido una desproporción difícil de justificar. De las tres exposiciones de este ciclo, una está comisionada por una mujer, Ana Ara, y es precisamente en esta donde la proporción entre artistas de ambos géneros es equilibrada. Las otras dos muestran una relación de 16 artistas varones frente a 2 artistas mujeres en la comisionada por Fernando Castro Flórez; y seis varones y ninguna mujer en la de Eduardo García Nieto, que se interroga, precisamente, por la identidad o no de los aprendizajes masculinos y femeninos, a propósito de un famoso relato de Clarice Lispector Felicidad clandestina, que da nombre a la muestra.

Ya en febrero de 2011, el centro organizó unas jornadas sobre políticas de género impartido por dos profesores de la Universidad de Murcia, hombre y mujer, por lo que, aparentemente, presta desde entonces atención al tema.

Además, el Ciclo 2 estuvo centrado en la identidad femenina, con la participación de cuatro artistas mujeres, y el Ciclo 4 sobre el cuerpo, con otras cuatro. La proporción de artistas mujeres en los siete ciclos restantes es de una artista mujer entre cinco o seis artistas hombres.

Tenemos aquí un claro ejemplo de una de las características más notables en el tratamiento de las mujeres en el arte, denunciada desde hace años por las Guerrilla Girls: se requiere su presencia cuando el tema versa sobre la feminidad o su entorno (cuerpo), particularizando la representación de las mujeres sobre esas convenciones de lo femenino, y prescindiendo de ellas cuando los temas, como suele ser en la mayor parte de las propuestas, se hacen más generales. Un síntoma este de lo que las Guerrilla llaman con gracia «ser un alibí (una coartada) en el mundo del arte».