Tomará alguna cosa más, don Orson?», preguntaba ingenuamente nuestro Raimundo González en aquel Rincón de Pepe a Orson Welles, que acababa de engullirse una pata de cabrito con sus patatas y su asado reglamentario en aquel su restaurante de feliz memoria. «Otra, tráigame, otra», le contestó el maestro al chef con un español chapurreado.

Era de buen comer y beber el cineasta, y de buen dormir, profundo, pero ojo avizor a todas las luces. Orson Welles, en Murcia, se hospedó en ´el Rincón´, y a la mañana, con las primeras luces, pidió cámara. Y salió a rodar como si se tratara de un cazador al acecho del acontecimiento luminoso. No sabía bien para qué rodaba aquellas escenas; se traía entre manos El Quijote, su versión del Hidalgo Caballero, y resultaba ser la película pensada como un gran cajón de sastre, en su procedimiento cinematográfico deshilvanado.

Tiempo después de la muerte del que fuera uno de los indiscutibles del cine y la radio en el planeta de la comunicación, su discípulo Jesús Franco montaría lo que le hubiera gustado y dejo inacabado al grandísimo comunicador. Y en esa versión póstuma han de encontrarse aquellas imágenes murcianas de la resaca de las patas de cabrito. Y ahí está el trabajo programado en el ciclo dedicado a Orson Welles en la Filmoteca Regional con ocasión del centenario del nacimiento del autor que se cumple ahora. Una programación muy completa de la obra del insigne realizador entre los insignes. Recomiendo consultar la edición de la programación trimestral de la Filmoteca o buscar en su página web los acontecimientos previstos para recordar a Orson Welles.

Y no solo eso, sino que hay intención de versionar La guerra de los mundos, aquel acontecimiento radiofónico que conmocionó al planeta y del que hay pensamiento de reproducción teatralizada y retransmitida.

«Apasionado desde niño por las obras de Shakespeare, inició su carrera en el teatro, fundando su propia compañía en 1937, la Mercury Theatre, considerada una de las más vanguardistas en el teatro americano de finales de los treinta, cuya influencia veremos en sus films. Su paso al cine será consecuencia de la realista narración radiofónica de La guerra de los mundos de H.G. Wells, en 1938, que alarmó a media América». Su ópera prima cinematográfica, Ciudadano Kane, de 1941, es una obra maestra que se vuelve a proyectar en gran pantalla en este acontecimiento de lujo cultural indiscutible. No se lo pierdan. Anoten: El Quijote de Orson Welles, el jueves día 23 a las 21.30 horas, en la edición de Jes Franco, de 1992.