Se reune hoy la segunda asamblea de Cambiemos Murcia, el espacio de confluencia ciudadana en el municipio de Murcia que se va a presentar a las elecciones locales de mayo con el objetivo de ganarlas para abrir un tiempo nuevo en la vida de la ciudad y del municipio.

Se trata de una plataforma en la que coinciden personas provenientes de diversos partidos que han renunciado a presentar candidatura propia a la capital de la región „Podemos, IU o Equo„ y cuyos militantes están integrados en Cambiemos Murcia, junto a una mayoría de ciudadanos y ciudadanas sin militancia partidaria, muchos miembros de movimientos sociales y vecinales, y gentes de todo tipo y condición que comparten la necesidad y creen en la posibilidad de cambiar Murcia.

Veinte años de gobierno conservador han degradado muchas cosas en Murcia. Cámara y el PP han sometido al municipio a una dura prueba de la que no ha salido bien parado.

Hemos visto crecer hasta lo insoportable las desigualdades, tanto sociales como territoriales, y cada vez más personas engrosan las largas listas de la precariedad y la exclusión; los ciudadanos han sido expulsados de la gestión municipal; la especulación urbanística ha alcanzado su cénit y, a su sombra (o su Umbra), la corrupción se ha extendido en el urbanismo local, dejando grandes pelotazos a costa de derecho a la ciudad de todos, y la lista de políticos y técnicos imputados por graves delitos, encabezada por el propio alcalde, es muy amplia; las decisiones estratégicas se han adoptado mirando favorecer los intereses de algunas empresas, tanto en movilidad como en el sector del comercio o de los servicios, antes que en los ciudadanos o en los sectores económicos locales.

Se han privatizado servicios públicos y se les ha permitido abusar a sus gestores mientras se vulneraban los derechos de la ciudadanía; la opacidad y el despotismo han sido la marca de un gobierno local que ha alimentado las extensas redes clientelares que lo sostienen por los barrios y las pedanías; se ha paralizado la descentralización municipal; se ha favorecido con recursos y decisiones públicas a proyectos privados tan ideológicos como la UCAM, y se ha privilegiado desde el Ayuntamiento la enseñanza privada-concertada sobre la pública; se ha acelerado la degradación de la huerta.

Se ha manipulado a barrios enteros como La Paz prometiéndoles mejorar su realidad a través de irrealizables proyectos especulativos privados que se han saldado con el fracaso y una guardería municipal destruida; o se han practicado bochornosos engaños masivos como el prometido soterramiento de las vías del AVE; o despilfarros sin rigor como el proyecto y el trazado del tranvía; se ha despreciado la cultura llegando a dejar durante años a la ciudad sin teatros, suspendiendo festivales como el de Jazz, permitiendo cuando no alentando la destrucción del patrimonio cultural tanto en la ciudad (San Esteban) como en la huerta, hasta llegar al ridículo de presentar una indefendible candidatura a la capitalidad cultural europea.

Murcia es hoy, tras veinte años de su peor alcalde democrático, una ciudad socialmente injusta, territorialmente desequilibrada, ambientalmente insostenible, culturalmente empobrecida; moralmente devastada y con un gobierno políticamente agotado hace mucho tiempo.

Necesitamos un nuevo proyecto colectivo e ilusionante que cuente con la ciudadanía para transformar el municipio y recuperar la ciudad para sus habitantes. Un Ayuntamiento transparente en la que las decisiones sean asunto de todos y todas, con representantes ejemplares y austeros, con mandatos y sueldos limitados, que rindan cuentas de su gestión y cumplan un estricto código ético. El próximo gobierno municipal ha de priorizar un plan municipal de emergencia social que atienda a los más necesitados, que ponga todo su esfuerzo en acabar con los desahucios y en garantizar un alojamiento digno a quien lo necesite; que asegure los derechos sociales básicos, entre ellos el derecho al agua potable y a la electricidad; que no deje que nadie pase hambre o frío, o que caiga en la exclusión y la marginación; que desarrolle la atención y cuidados a la infancia y a la gente mayor.

El gobierno que queremos ha de completar la decentralización municipal con la elección democrática de unas Juntas Vecinales dotadas de más competencias y recursos; y ha de poner en marcha el presupuesto participativo de forma que los propios vecinos determinen las prioridades del gasto municipal.

También intensificar, utilizando todas sus competencias, la lucha contra el desempleo, que es el problema mayor de los murcianos y murcianas; comprometerse con población más joven a la que hoy se le niega en la práctica un lugar en la sociedad; trabajar por la igualdad de género desde todas sus políticas públicas; implicarse con la sostenibilidad ambiental más allá de los abusos retóricos de estos años y plantearse un horizonte de emisiones cero para el municipio; gobernar hoy pensando en las generaciones futuras.

El nuevo gobierno que se pretende ha de auditar el gasto municipal y la deuda; revisar las privatizaciones y remunicipalizar los servicios básicos; planificar democráticamente una movilidad sostenible; defender con eficacia el patrimonio cultural en la ciudad y en la huerta, desarrollando un proyecto de puesta en valor del yacimiento de San Esteban, y favoreciendo el desarrollo del tejido cultural local; un gobierno que no permita que llegue el AVE sin soterrar; que asuma un proyecto público para rehabilitar La Paz, etc.

Todo esto será posible si la candidatura de Cambiemos Murcia logra implicar a mucha gente en este empeño por cerrar el triste y largo capítulo de estas dos últimas décadas y abrir el tiempo nuevo de la esperanza en el cambio posible.