Según me voy aclarando, entre el imperativo y el indicativo, Ganemos y Podemos, hay una coincidencia (además de que sus manifestantes son siempre los mismos) que se extiende también a otras plataformas como la de Antidesahucios o la partidaria del ganso silvestre, y, en general, a la izquierda más allá del PSOE, pobre. Se trata de la posición contraria a los rescates bancarios, engañoso sintagma que esconde la sangría, entre bajadas de sueldo, impuestos y deuda, con que nos ha castigado el Gobierno para salvar a las Cajas de la quiebra. Digo bien, a las Cajas, es decir, a la banca pública, que es el modelo de la misma izquierda que se manifiesta contra los desmanes de los políticos que las malversaron. Hay que recordar, siempre, que fue una ley socialista de 1985 la que entregó las Cajas a los caciques regionales y regionalistas. Protestar contra tanta sinvergonzonería debería haberles llevado a darse cuenta de que el mal estaba en el modelo, el suyo.

Pero pedir eso es pedirle demasiado a una izquierda anclada en la reacción y el conservadurismo más travestidos. Y lo que en este sentido me maravilla, seguramente porque aún anida en mí una memoria sentimental de izquierdas que se resiste a la evidencia, es que esos mismos movimientos sigan apoyando al nacionalismo, reaccionario, xenófobo, y hasta asesino en el caso de las Etas. Todavía no he oído a nadie de los que braman contra el rescate de las Cajas, decir ni palabrica sobre el escándalo del rescate catalán: 40.000 millones ya que les lleva entregados Rajoy para que se lo gasten en ´estructuras de Estado´. O sea, que estamos pagando para que nos manden a tomar por saco. O sea, que Montoro nos esquilma para pagar la TV3 y los sueldazos espléndidos, además del hermoso negocio de comisiones-pujol ligado al nacionalismo. O sea, que la izquierda se calla ante esta vergüenza.

Y para quienes aleguen que también le pagan a la Región, recordemos que Cataluña tiene cinco veces más población, pero se lleva veinticuatro veces del FLA lo que nosotros. Además, nuestra financiación por habitante es el 92% de la media nacional, la penúltima, mientras que ellos, que tanto se quejan, están, siendo ricos, en el 98%, que para eso se la hizo Zapatero. ¿Cuántos desahucios y cuánta dependencia podrían haberse sufragado con lo que se le paga al separatismo catalán? ¿Cuánto con los privilegios fiscales vascos y navarros? A ver para cuándo una buena manifa, que allí estaré.