De los pobres no hay que defenderse; a los pobres hay que defenderlos». La cita no es mía, sino del papa Francisco, pero la asumo como propia. Y como lo hago desde el firme convencimiento de que este principio debería guiar siempre nuestros pasos en la vida, puedo adelantar que uno de los principales empeños de la consejería de Fomento en estos próximos tiempos va a centrarse en lograr ese objetivo.

A tal fin, vamos a poner sobre le mesa un amplio abanico de medidas en el ámbito de la vivienda, que es el que nos corresponde por razón competencial, con el decidido propósito de ayudar a las personas más necesitadas a disponer de una morada digna y en las mejores condiciones. El derecho a un techo, y a los servicios que lleva aparejados, es algo tan básico que nadie puede, ni debe, mirar hacia otro lado cuando se trata de garantizarlo a quien de verdad lo precisa.

En total, van a ser veinticuatro millones de euros los destinados a favorecer la consecución de ese objetivo a lo largo de este año, o lo que es lo mismo, prácticamente la cuarta parte del esfuerzo inversor que va a desarrollar la Consejería en 2015, lo que da buena idea de la determinación del Gobierno de la Región de Murcia en favor de las políticas sociales y de mejorar la situación de quienes más lo necesitan.

En este sentido, las iniciativas van a ir desde la subvención de alquileres a las ayudas para la rehabilitación de viviendas, pasando por la erradicación del chabolismo, la regeneración de entornos urbanos degradados y la potenciación del parque público de viviendas, actuaciones todas ellas dirigidas, a su vez, a los colectivos más desfavorecidos desde el punto de vista económico, pero también a las personas mayores, a los discapacitados, a las familias numerosas, a las víctimas de violencia de género o de terrorismo y, por supuesto, a los afectados por los desahucios.

Sin duda, es este último campo uno de los que más nos toca la fibra sensible, especialmente cuando nos encontramos ante situaciones manifiestamente injustas, de esas que nos desgarran el alma. Y para tratar de disminuir estos casos y de amortiguar sus efectos, vamos a dotar de más herramientas y posibilidades de actuación a nuestra Oficina de Orientación e Intermediación Hipotecaria, que está siendo un instrumento fundamental para dar solución a muchos de los supuestos que llegan hasta ella.

A tal fin, la próxima firma de un gran convenio marco de colaboración entre el Gobierno de la Comunidad Autónoma, el Tribunal Superior de Justicia, los Ayuntamientos y los principales organismos implicados (abogados, procuradores, economistas y agentes de la propiedad inmobiliaria) se va a convertir, sin ningún género de dudas, en elemento básico para que las negociaciones con las entidades acreedoras lleguen a buen puerto cuando de trate de las viviendas habituales de deudores con insuficiencia de medios.

Vivimos aún tiempos difíciles, de estrecheces presupuestarias, pero en el Gobierno regional estamos convencidos de que el esfuerzo que se hace en este terreno merece siempre la pena y que apostar por las personas es la mejor inversión de futuro. Como muy acertadamente sostiene en todo momento el presidente Garre, reproduciendo, a su vez, palabras „y actitudes„ del presidente Valcárcel, entre el déficit aritmético en las cuentas y el déficit social en la atención a las personas, optamos, sin dudarlo, por el primero.

Porque las personas siempre serán lo primero para los gobernantes del Partido Popular de la Región de Murcia. Es nuestra seña de identidad. Y a pesar de la peor crisis económica del último siglo, vamos a mantener esta norma de conducta contra viento y marea. Pues de la misma forma que no hay niño sin profesor o escuela, ni enfermo sin médico u hospital, ningún murciano puede vivir dignamente sin casa. Creemos firmemente en ello. Y vamos muy en serio.