Final del encuentro amistoso ´internacional´ Euskadi-Cataluña. Los medios de comunicación cuestionan a los futbolistas, como es lógico después de un partido de nulo interés deportivo, por el significado político de su participación. Ningún jugador dice nada, lanza balones fuera con frases estúpidas, algunas sin sentido, que ni siquiera tienen relación con la pregunta. Conclusión: han prestado su imagen a un juego nacionalista del que no saben ni quieren saber. Falso, todos tenemos ideología. Sin embargo, criticamos a Piqué y Guardiola por mostrar públicamente su apoyo al referéndum catalán del 9N. Incluso el entrenador del Bayern viajó desde Múnich expresamente para participar en ese simulacro que se inventó el presidente de Cataluña, dejando bien claro con ese gesto su posicionamiento. El resto se esconde por egoísmo, para que no se desmonte su imagen y, en definitiva, para que nadie deje de comprar su camiseta. Pura hipocresía.