Muerte y silencio. La violencia que sufren muchas mujeres en nuestro país y en todo el mundo está rodeada de silencio. Parece que esto no es cierto, porque los medios de comunicación se hacen eco y condenan continuamente agresiones y asesinatos, pero la verdad es que esas voces son mudas, no llegan a las conciencias de los agresores ni al comportamiento de las instituciones. Por eso hoy, como todos los días del año, la Intersindical quiere ser la voz de todas aquellas mujeres a las que verdugos machistas han asesinado y silenciado, de todas aquellas que sufren a diario el miedo, la soledad, la falta de soluciones y respuestas.

Alrededor del mundo la violencia contra las mujeres se sigue manifestando de diversas formas y alcanza cifras insoportables. Hay 603 millones de mujeres que viven en países donde no se considera delito la violencia de género, hay dos millones de niñas cuya vida corre riesgo por la ablación, hay más de sesenta millones de esposas-niñas, y así un largo etcétera. Y en un año en el que se nos ha querido arrebatar nuestro derecho a decidir si queremos o no ser madres, no podemos olvidar a esas 47.000 mujeres que mueren cada año en el mundo a causa de abortos inseguros. Tampoco olvidamos al 70% de mujeres que sufren o sufrirán violencia sexual en su vida, teniendo que aguantar ser cuestionadas, ridiculizadas, doblemente victimizadas.

En el Estado español más de 600.000 mujeres sufren maltrato cada año. En diecinueve años, más de 1.311 mujeres han sido asesinadas por hombres que decían amarlas, sin contar todas aquellas que quedan fuera de las estadísticas oficiales. Este número ingente de asesinatos merece el tratamiento de terrorismo, es una cuestión de Estado, y como tal lo venimos exigiendo desde La Intersindical desde hace años. En la Región de Murcia, en concreto, desde el 1 de enero al 31 de agosto se recibieron 12.943 llamadas de socorro al 016.

Pero frente al incremento de la violencia machista, los Gobiernos central y autonómico responden con la inactividad y los recortes presupuestarios. Los recortes en programas de prevención y ayuda de violencia de género estatales han sido del 28%. Y si hablamos de nuestra región nos encontramos que desde 2009 a 2015 se han reducido los presupuestos „para luchar contra la violencia de género y potenciar la promoción de la mujer„ más de siete millones y medio de euros, es decir un 71,33%.

Si a esto sumamos la eliminación de contenidos coeducativos en la nueva ley de educación (LOMCE) y la supresión de los servicios de ayuda de proximidad en la Región de Murcia „que se han comarcalizado„ el resultado es una reducción drástica en la asistencia integral a las mujeres.

Después de un verano sangriento, la petición constante de la comparecencia de la ministra de Sanidad y la adopción urgente de medidas para paliar esta sangría de feminicidios, la respuesta del Gobierno ha sido anunciar la reforma de la Ley Integral. Una ley que tras diez años de implantación ni ha desarrollado sus contenidos ni ha sido dotada de financiación en los presupuestos del Estado. De hecho se nos anuncian medidas que ya contiene la ley y que, todavía, no se han puesto en práctica. Cortinas de humo para distraer la atención de lo realmente importante.

Porque lo importante es que cada vez son más las mujeres que sufren malos tratos, y a pesar de ello no denuncian esta situación. De nuevo silencio. Tras cada asesinato se quiere centrar la atención en si había o no denuncia, pero la realidad es que las víctimas no tienen confianza en un sistema que las deja abandonadas a su suerte. Hay mucha soledad detrás de ese silencio. La desconcertante realidad es que del 27% de mujeres asesinadas que habían interpuesto denuncia, sólo en el 9,8% de los casos se condenó al agresor. Aumentan los asesinatos de mujeres, disminuyen las denuncias y dejan de dictarse órdenes de protección para las mujeres en riesgo. En la Región de Murcia solo el 18,1% de las victimas denunciaron a sus agresores.

Otro problema añadido a éste es la concesión de la custodia de los menores a los maltratadores. Un maltratador no puede ser nunca un buen padre, sin embargo muchos jueces siguen dando a los padres la custodia aún teniendo constancia de su violencia Sólo en un 6,7% de los casos se suspende la guarda y custodia y en un 0,3% el régimen de visitas.

Por todo ello consideramos indispensable el compromiso político prioritario para la prevención de la violencia desde la educación, el restablecimiento de los recursos y la dotación presupuestaria suficiente para garantizar que las mujeres tenemos derecho como seres humanos a vivir en igualdad, plena libertad y con una vida libre de violencia machista

Somos muchas las que estamos aquí. Pero no estamos todas. Nos faltan las mujeres asesinadas por violentos machistas. Por ellas, por sus criaturas maltratadas o asesinadas, nosotras no estamos muertas ni calladas.