No tengo relación con Podemoso ni entre mis proyectos está tenerla en un futuro, sencillamente porque desconfío de lo trazado, porque no me transmiten confianza, porque me asombran las cosas que dicen, porque me carga un poco esa pléyade de portavoces, de sabihondos o sabidillas que se han especializado en la descalificación de los que no coinciden con sus ideas. Siempre sentí una especial desconfianza hacia los que pretenden haber inventado el agua caliente.

Dicho esto, me parece perfecto que cualquiera pueda acercarse a ellos si cree en ese proyecto, porque yo, al contrario de esa hornada de profesores que dan certificados de coherencia personal, de buena praxis política, creo en la libertad que todos tenemos para decidir y pensar lo que creamos.

Que el PP en la Región de Murcia intente sembrar la duda sobre la integridad del fiscal superior, Manuel López Bernal, por su supuesto acercamiento a Podemos „no hace mucho tiempo decían que estaba próximo al PSOE„ es de un cinismo difícil de soportar porque todo lo que está haciendo López Bernal para recibir estas criticas es cumplir con su obligación como fiscal e intentar que el mal olor que la política de nuestra Región desprende se difumine con el descubrimiento de todos aquellos que han utilizado y utilizan la política para sus fines. No nos cabe la más minima duda de que si el señor López Bernal mirase para otro lado y no indagase sobre la cara oscura de algunos políticos no estaríamos hablando de esto.

Al parecer, que el fiscal se muestre públicamente a favor de que los altos cargos que son imputados en casos de corrupción dimitan inmediatamente pone a algunos populares de los nervios porque, dicen, este discurso se asemeja al que manifiesta la formación política que lidera Pablo Iglesias. Es decir, algo que debería de ser de manual „un político imputado no debe continuar en el cargo„ es motivo de reproche para determinados individuos que entienden la política como un instrumento que se puede usar en beneficio propio.

El deseo de vilipendiar, de descalificar al fiscal López Bernal viene de lejos, exactamente desde cuando en el uso de la responsabilidad de su departamento comenzara a investigar la corrupción urbanística que a lo largo del tiempo, en la Región, afectó de manera muy especial al PP.

Ahora, al hilo de unas declaraciones que a cualquier persona sensata han de parecerle de lo más natural, arrecian los tambores de la intransigencia y del intento de amedrentamiento para un servidor publico.

Se justifican los ataques„según informaba David Gómez en LA OPINIÓN„ vía Facebook y Twitter y Whatsapp en la supuesta intención de Bernal de ser el candidato de Podemos en las elecciones autonómicas del próximo año 2015 y para los desmemoriados, que al parecer son muchos, hemos de recordar que el actual consejero de Fomento, Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Manuel Campos Sánchez, ingresó en 1983 en la carrera fiscal, fue destinado a la Fiscalía de la Audiencia Provincial de Murcia, habiendo sido elegido en 2007 diputado del Grupo Parlamentario Popular en la Asamblea Regional, para ser nombrado en el 2010 consejero de Justicia y Seguridad Ciudadana en el Gobierno de la Región de Murcia.

Nunca me gustó que los jueces y fiscales tuviesen relación con la política „los del Tribunal Constitucional tampoco„, pero el fiscal López Bernal está en su perfecto derecho de acercarse a la formación política que le plazca; lo que tiene que hacer en el ejercicio de su profesión es actuar con dignificad, con coherencia personal, con la honestidad con la que deben producirse todos los jueces y fiscales. La misma dignidad que se le supone al fiscal y hoy consejero Manuel Campos.