No sé si habrá tiempo o la avalancha catalana se echará encima, pero va tomando forma una tercera vía de verdad para dejar arreglada para un cuarto de siglo la cuestión territorial en España. Ya hace bastante se llamó aquí la atención hacia la vía Urkullu (como alternativa a la vía Mas) y la reforma constitucional amplia que defiende el PSOE podría combinar con ella sin demasiado esfuerzo. El mensaje de ´soberanía compartida´ es un torpedo contra el soberanismo de lado y lado, porque cuando la soberanía se comparte deja de ser soberanía, igual que no puede haber dos absolutos, ni dos dioses omnipotentes. Y aunque Urkullu diga una obviedad, pues la soberanía ya la comparten hoy los Estados con la UE, y hacerse absoluto en lo que les queda es vana ilusión, nadie hubiera pensado hace unos años que una propuesta de reconfiguración de España con sentido de Estado saliera de Euskadi.