En una publicación digital nos cuentan que Sara Carbonero ha mostrado una cicatriz en apoyo a Tania Llasera, la presentadora de televisión que en los últimos meses ha engordado notablemente -a causa de haber dejado de fumar, según explicó ella misma en Twitter-. Miles de mensajes de apoyo a esta mujer que ha visto cómo la atacaban o se cuestionaba su trabajo por haber cogido unos kilos de más. Lo primero que me sorprende es que sea noticia que una mujer engorde, a no ser que un día se acueste pesando 50 kilos y cuando se levante, la báscula marque 250. Eso sí sería noticia. Son muchos los que se llevan las manos a la cabeza por no entender cómo la sociedad critica a las mujeres que no rozan la perfección. Somos muchos los que censuramos esto y apostamos por la valía personal, pero, no nos engañemos, vivimos en un mundo en el que la belleza (bueno, la belleza impuesta socialmente) es lo que vende y gusta. Podríamos cambiarlo, pero resulta que, por ejemplo, la misma publicación que nos cuenta todo esto nos ofrece tres grandes titulares: «Diez mujeres con el abdomen perfecto y cómo conseguirlo», «Las 15 tendencias claves para ser las más guapas» y «¿Se puede aprender a seducir?». Esto en mi pueblo es cinismo€ el cuento de nunca acabar.