Valcárcel ha vuelto a superarse. Cuando pensábamos que su periplo político ya había dado todas las sorpresas que tenía que dar, nuestro querido presidente se ha sacado un nuevo as de la manga: colocar a un imputado como consejero. Pedro Antonio Sánchez, alcalde de Puerto Lumbreras e imputado por prevaricación, se ocupará de los destinos de la Educación en nuestra Región, aunque parece que va a estar más centrado en otros asuntos.

Me explico. Al día siguiente de la dimisión de Sotoca, Valcárcel anunciaba que el nuevo consejero de Educación tendría «un perfil muy político». Todas las alarmas se dispararon: las palabras del presidente podían interpretarse como que el elegido iba a ser un mero ejecutor, no un hombre sensibilizado con la difícil situación de la Educación en la Región. El elegido iba a ser alguien que se caracterizara por la obediencia a la voz de su amo. Finalmente, así ha sido. El 'protegido' de Valcárcel pasa a ocuparse de la Educación en nuestra Región. Perded toda esperanza, que diría Dante.

¿Por qué digo lo de que va a estar más centrado en otros asuntos? Responderé con otra pregunta: ¿cuáles son los avales de Pedro Antonio Sánchez en materia de Educación? Desde luego, atesorar cargos sí que sabe (alcalde, diputado regional, vicepresidente segundo de la Asamblea Regional), pero eso no le hace válido para ocupar esta consejería. La jugada es otra: este cargo puede ser un trampolín perfecto para llegar a la presidencia. Y de la mano del propio Valcárcel. La fama de delfín del presidente es el único aval con que parece haber contado Sánchez para ocupar el puesto de consejero de Educación. Ya sabemos cómo funciona el PP en estas cosas.

Este es un nuevo palo para el sector educativo de la Región de Murcia. Con esta última jugada, Valcárcel demuestra una vez más lo poco que le importa la Educación. Ha colocado a la cabeza de ella a alguien que va a estar más pendiente del movimiento de sillas en el Ejecutivo que de las necesidades de los padres, alumnos y profesores. Ha dado una consejería necesitada de talento e iniciativa a alguien que solo se va a decir amén a todo lo que le digan Valcárcel y el ministerio de Educación. Ojalá me equivoque, pero dudo de que Pedro Antonio Sánchez mueva un solo dedo para mejorar las condiciones de nuestros centros educativos, para aumentar los recursos de las familias, para dignificar el trabajo de los profesores o para denunciar las injusticias que encierra la LOMCE del ministro Wert. No lo veo en esos frentes, no.

La Educación en manos de un imputado con aspiraciones a presidir la Región. Es el último espectáculo patrocinado por Valcárcel. Parece que nuestro presidente busca una salida tranquila, y para ello coloca a un aspirante que no le dé guerra ni a él ni al Gobierno central. Así Valcárcel puede aspirar a Europa, y Sánchez a quedarse con la silla de Valcárcel. Mientras tanto, la Educación de los murcianos vuelve a quedarse en la cuneta, a expensas de los destrozos que le siga causando el Gobierno de Rajoy, el más retrógrado y dañino de la democracia en esta materia.