El pasado domingo este periódico publicaba un trabajo que pareciera redactado más bien por el gabinete de prensa de Adif o por la propia ministra de Fomento antes que por dos profesionales independientes de un medio independiente como es La Opinión.

Querer venderle a los murcianos 'la moto' de que pueden llegar a Madrid en tres horas y media haciendo el viaje desde Alicante o que el AVE de Alicante acerca la Región (de Murcia) a la capital de España, es cuando menos una información demasiado cercana a los intereses de Renfe-Fomento más que a los intereses de la Región.

Porque ésa y no otra es la tesis de Renfe y de Fomento que desde hace muchas décadas vienen planteando el desmantelamiento de la red ferroviaria propia regional, tratando de que Murcia sea una provincia ferroviaria de Valencia y de que los murcianos vayamos a Madrid por Alicante. Muchos han sido los intentos de este desmantelamiento y se remontan a los tiempos del ministro Enrique Barón, quien se atrevió a uno de los mayores atentados en este ámbito: cortar y romper el más largo ferrocarril no radial de nuestra red: Algeciras/Port-Bou desmontando el tramo Almendricos-Baza; atentado que sólo en Murcia podía llevar a cabo porque no encontraría oposición social ni política alguna, salvo de los sindicatos ferroviarios.

Tras la lectura de dicho artículo podría llegarse a la conclusión de que con la solución del AVE de Alicante los murcianos tienen resuelto su problema de comunicación ferroviaria con Madrid y quienes se quejan lo hacen sin motivo alguno. Podríamos asimismo pensar que bien está el abandono de las tesis de defensa de la línea histórica Cartagena-Murcia-Cieza-AlbaceteÉ Madrid; la dejación de la nueva plataforma ferroviaria del Camarillas que adelantaría en media hora el viaje a Madrid, abandonada después de construida; la no electrificación de la red regional en su totalidad y tantos otros abandonos en la modernización del ferrocarril.

Nada más lejos de la realidad; por la falta de espacio y por propia evidencia no vamos a profundizar en nuestra tesis.

El abandono y la dejación del ferrocarril en nuestra región es una renuncia que nuestra clase política ha ejercido desde el mismo momento de la llegada del 'tren botijo' a nuestra ciudad. ¿Cómo si no, podemos comprender que un artículo crítico de Jara Carrillo publicado en 1925, titulado Las reformas de los ferrocarriles: Murcia, la eterna Cenicienta, pueda pasar como escrito para hoy?

Pero fue hace ya siete años (y por la movilización y la presión popular), el 22 de junio de 2006, cuando se decidió y se pactó por las tres Administraciones públicas lo que creíamos ponía fin a aquella secular desvinculación de nuestra clase política para con el ferrocarril. Y de la mano de aquel compromiso Murcia conseguía "la mayor operación urbanística de los últimos cien años", según el alcalde Cámara, y la recuperación de la zona sur de la ciudad, la más deprimida y decadente de la capital. Y cuando tan sólo faltaba la decisión política de hacer realidad aquel convenio, como si de un delirio de nuestros gobernantes se tratara, nuestros actuales Gobiernos aparcan aquel compromiso para "cuando haya dinero".

No, el AVE de Alicante no es la solución para nuestra región.

Tal vez no sea políticamente correcto, pero cuando parece difícil descolgarse de la filosofía de nuevos ricos que se ha impuesto entre nuestra clase política para poder jactarse de tener más kilómetros de AVE que ningún otro país de Europa, mientras se ha abandonado el ferrocarril tradicional y asequible, si el AVE no puede llegar en las condiciones pactadas en el Convenio de 2006, que llegue a Beniel -a coste cero- y renóvense la línea histórica -con electrificación de la red y la variante de Camarillas incluidas- y conseguiremos el mismo tiempo de viaje a Madrid con un coste inferior y trenes y tecnología españoles como la que estamos exportando a EE UU. Sin olvidar el soterramiento de las vías prometido.

¡Que no nos vendan la moto! ¡El AVE de Alicante no es la solución para Murcia!

¡No al AVE sin soterramiento!