Hablar de Marina de Cope es hablar de uno de los tramos litorales no urbanizados más importantes del Mediterráneo español, es hablar de que bañarse en sus aguas y pasear por sus paisajes seguirá siendo un lujo al alcance de todos y es hablar del poder de los ciudadanos para cambiar las cosas. En Marina de Cope, David ha vencido a Goliat.

Marina de Cope parecía desahuciada: en 2001 la Ley Regional del Suelo desprotegió unas 11.500 hectáreas, que incluían este tramo litoral. En 2004 se aprueban las Directrices del Litoral, que facilitan la urbanización de la costa así como la Actuación de Interés Regional (AIR) de Marina de Cope, un macroproyecto con 10.000 viviendas, 22.000 plazas hoteleras, cinco campos de golf y otros grandes equipamientos. Desde entonces este hipertrofiado proyecto urbano-turístico ha seguido dando pasos sobre el papel: modificación de los planes de Águilas y Lorca, Consorcio turístico Marina de Cope...

¿Podíamos hacer algo los ciudadanos?¿Merecía la pena intentar parar semejante apisonadora? La primera derrota es la resignación y muchos ciudadanos no nos resignamos a perder Marina de Cope porque todas las razones ambientales, sociales, y de racionalidad económica estaban de nuestra parte. En 2001 Ecologistas en Acción promovió que cincuenta diputados (requisito legal) del PSOE, con Cristina Narbona a la cabeza, interpusieran un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la Ley Regional del Suelo. En 2002 se creó la Plataforma de Defensa del Litoral, que inició movilizaciones y marchas de defensa del litoral. En 2004 se creó la Iniciativa Ciudadana y Profesional para la Defensa Jurídica del Litoral (Prolitoral), en la que participan Ecologistas en Acción, Anse, el colectivo vecinal Amacora y profesionales a título personal, para luchar en los tribunales (recursos contra las Directrices, contra la Actuación de Interés Regional, AIR, de Cope, contra la modificación de los planes de Aguilas y Lorca...). En 2006 un grupo de ciudadanos promovimos una Iniciativa Legislativa Popular de protección de espacios naturales, que reunió las firmas necesarias para su presentación en la Asamblea Regional. Desde ese año el movimiento La Región de Murcia No Se Vende asumió la organización de las Marchas de Defensa del Litoral, surgen recientemente iniciativas de desarrollo sostenible local a través de la iniciativa Marina Nos Interesa...

Hoy podemos decir que estos doce años de espera, trabajo y lucha colectiva con movilizaciones en la calle y con acciones en los tribunales finalmente ha dado sus frutos: en febrero de 2011 el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia estimaba parcialmente el recurso de Prolitoral contra las Directrices del Litoral, lo que se tradujo en la eliminación del aprovechamiento urbanístico generado por el suelo protegido por la normativa regional. Esto suponía una disminución de la edificabilidad en la AIR de Marina de unas 5.000 viviendas y por tanto una reducción de beneficios que aumentaban las dudas sobre la rentabilidad de esta actuación, dudas posiblemente compartidas por Cajamurcia, que anunció su retirada al poco tiempo de conocer la sentencia. En noviembre de 2012 el Tribunal Supremo rechazó el recurso de la Comunidad Autónoma y confirmó esta sentencia del TSJ. Un mes más tarde, en diciembre de 2012, recibimos con inmensa alegría la noticia del fallo del Tribunal Constitucional que declaraba inconstitucional la disposición adicional octava de la Ley del Suelo de la Región de Murcia de 2001, por la que se desprotegían 11.500 hectáreas. Marina de Cope volvía a formar parte del Parque Regional Cabo Cope-Calnegre. Y finalmente, el 31 de mayo pasado el TSJ de Murcia anuló la AIR de Marina de Cope.

Las movilizaciones en la calle y todo el largo proceso judicial han demostrado que llevábamos razón y que hemos tenido que ser los ciudadanos los que defendamos la legalidad vigente. Marina de Cope está de nuevo protegida, a pesar del poder y los enormes recursos -muchos de ellos públicos- dedicados para lo todo lo contrario. Los ciudadanos debemos pedir cuentas por estos doce años perdidos para un uso sostenible de Marina de Cope, que debían haber servido para aprobar un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, PORN, y el apoyo a actividades sostenibles a través de un Plan de Actuaciones Socioeconómicas, que impulsara actividades agrarias sostenibles y un turismo blando, como el promovido por el colectivo Marina Nos Interesa.

La sombra de Marina de Cope se cierne sobre otros proyectos insostenibles también abocados al fracaso por su irracionalidad económica, social y ambiental, como es el caso del macropuerto de El Gorguel. Es hora de cambiar una estrategia regional profundamente errónea, fracasada y al servicio de los intereses de unos pocos, que ha quemado valiosos recursos públicos y que sigue erosionando las bases para un desarrollo inteligente, estable y sostenible. Y es hora también de desautorizar a quienes han creado, alentado o apoyado dicha estrategia.

En Marina de Cope, en el Gorguel y en otros muchos casos, la realidad de nuestra región también la construimos desde el poder de los ciudadanos y las organizaciones sociales, con nuestra actividad y ejerciendo el estado de derecho. Sí se puede. Quedan muchas batallas en la que los pequeños David podemos y debemos vencer a Goliat.