Hace ya cuarenta años, que se dice pronto.

Cuarenta años de lucha, de trabajo y de conciencia. Cuarenta años de esfuerzo altruista e independiente a favor de la naturaleza. Cuarenta años de logros conseguidos y otros que aún quedan por conseguir. Cuarenta años de estudios, de campañas, de censos faunísticos, de panfletos, de reuniones y congresos. Cuarenta años, y esto quizás sea lo más importante, de difusión y de pedagogía pública.

En mayo de 1973, hace ahora cuarenta años, se celebró la asamblea fundacional de la Asociación de Naturalista del Sureste. Hay que hacerse una idea, recrear el ambiente. Aún faltaban dos años para que en España se empezara a pensar en que era posible la democracia y cinco para que se votara en referéndum la Constitución. Las reuniones estaban sujetas a la concesión de un estricto permiso gubernativo y para qué decir la posibilidad de crear y registrar un grupo organizado. Si España estaba en periodo pre-desarrollo, imaginen Murcia. El ICONA estaba recién creado, el Parque Nacional de Doñana apenas hacia cuatro años que había echado a andar, y sólo en aquel año de 1973 fue cuando comenzó a emitirse la serie televisiva El Hombre y la Tierra que tanta influencia habría de reportar hacia los jóvenes naturalistas.

Pues bien, hace ya esos cuarenta años que la Asociación de Naturalistas del Sureste habita entre nosotros. Desde entonces, al igual que el Barça es mes que un club, ANSE es más que una asociación. Es una tradición, una referencia, un logro colectivo, un icono, una presencia imprescindible, un ojo en verde que todo lo ve, casi una marca de calidad. Su historia es tan larga que es imposible de resumir, mírenla en la web de la asociación. En 1971, dos años antes del acta fundacional de ANSE, cuatro pioneros habían fundado el Grupo Ornitológico del Sureste, que eran ya veinte en 1972, y que con la incorporación de algunos socios cartageneros de la Sociedad Española de Ornitología pronto alumbraron el que a partir de 1973 iba a ser uno de los principales grupos españoles de estudio y defensa de la naturaleza.

Desde entonces la marcha de ANSE ha sido imparable. Incontables iniciativas y campañas, muchas de las cuales tienen una gran responsabilidad en que actualmente contemos con zonas húmedas y espacios naturales aún disponibles para la conservación. Infinidad de anillamientos, de censos, de estudios faunísticos, de trabajos de campo con los que ha sido más fácil afrontar la preservación de la biodiversidad. Una gran cantidad de colaboraciones, de alianzas, de congresos y reuniones que han contribuido decisivamente a reforzar en nuestra región y en toda España el movimiento ambientalista. Una catarata de protestas, de escritos, de denuncias y de papeles registrados en todas las Administraciones con las que la realidad legal de la protección de la naturaleza ha ido avanzando a pesar de los pesares. Montañas de iniciativas educativas, divulgadoras, de comunicación, con las que nuestra conciencia ambiental ha ido creciendo en paralelo. Pioneras y potentes acciones de custodia del territorio para hacer que el futuro de la gestión del medio natural vaya encontrando una puerta entreabierta entre tanto mercado. Feliz aniversario, larga vida.