Estimado señor Rajoy:

Me llamo Antonia, aunque casi todo el mundo me llama Toñi. Usted no sabrá quién soy: una de esas tantas niñas a las que usted, en un debate televisivo con el señor Zapatero, nombró y quiso dibujar el futuro quería para nosotras, y utilizó "yo quiero que esa niña tengaÉ". También nos llaman la niña de los chuches porque usted en un mitin en la provincia de Sevilla criticó la subida del IVA de las chuches. Señor Rajoy, la palabra chuches es femenina, no masculina.

Me va a permitir, y si no me da lo mismo, que represente a esas niñas a que usted se refirió y voy a comentar todas sus afirmaciones de ese futuro por el que usted estaba dispuesto a luchar. Usted dijo que quería que esa niña tuviera una familia, una vivienda y un trabajo. Señor Rajoy, usted con sus políticas lo que está provocando es que perdamos el trabajo o tengamos un trabajo eventual, aunque en mi ambiente le llamamos un trabajo de mierda. Mis padres están sin trabajo, mi hermano también, sólo cobra la ayuda de cuatrocientos euros, y tiene dos hijos; mi hermana, que es interina, de momento tiene trabajo, pero no sabe hasta cuando. ¡No se puede imaginar lo duro que es levantarse todos los días sin tener nada que hacer, sólo recorrer centros de trabajo para echar el currículum! Por cierto, el otro día tuvo que darle su cuñado diez euros para golosina para ir a un polígono industrial, porque no tenía. Señor Rajoy, veo a veces llorar a mi padre y maldecir su vida, le veo con la mirada perdida, veo que siente vergüenza por no poder mantener a su familia. No sé cómo estará su frigorífico, pero el nuestro es de pena, para llorar, y eso hacemos.

Mi madre echa algunas horas sueltas en la limpieza de alguna escalera, sin contrato, por supuesto. Es la más fuerte de nosotros, siempre está ahí con una sonrisa, no sé cómo puede, tal vez ese amor de madre le dé algo especial. El otro día la oí llorar en el servicio. Ella llora a escondidas, para que no la veamos. Señor Rajoy, es muy duro pedir ayuda todos los días para poder comer. Pasamos hambre, pero somos honrados, gente que quiere a su gente y que no hacemos daño a nadie. Aunque esta situación está llevando a que mis padres siempre estén tensos y discutan constantemente. Eso no pasaba antes, discutían y se enfadaban de vez en cuando, como cualquier matrimonio, pero ahora el ambiente es insoportable.

Dijo lo de la vivienda, pero mis padres avalaron a mi hermano, que no la puede pagar, y ahora el banco quiere las dos. ¡No sé puede imaginar la angustia que supone además añadir la posibilidad de perder la vivienda! Pero, como usted no quiere enfrentarse a los banqueros, prefieren hundirnos.

Usted dijo que esta niña quería que tuviera una familia, una vivienda y un trabajo y por su avaricia y la avaricia de los que usted representa y defiende con uñas y dientes no tenemos trabajo, han destrozado nuestra familia y posiblemente mi hermano y su familia y nosotros perdamos la vivienda.

También dijo que quería la mejor educación, pero sus recortes están llevando a la educación al abismo. El otro día mis sobrinos tuvieron que llevar papel higiénico a su escuela porque no tenían. Cada vez hay menos maestros, menos recursos, menos apoyos para aquellos que los necesitan, hay menos limpieza, han reducido hasta las becas de comedorÉ Señor Rajoy ¿esta es la mejor educación que quería que recibiéramos? No hizo en ese discurso ninguna mención a la sanidad, tal vez porque a alguno de sus asesores se le pasó; sí, esos que ganan un pastón haciendo la pelota y estando a su servicio de una manera servil. Creo que no hubiera tenido ningún empacho en decir que quería la mejor sanidad y después saquearla para hacer negocio.

Habló también de tolerancia, libertad, de los Derechos Humanos, del respeto a todos los que cumplen con la ley. Con todos los recortes sociales, con las leyes que no quiere aprobar como, por ejemplo la dación en pago, la moratoria y el alquiler social y con las que están aprobando, más el aumento de las tasas, entre ella las judiciales, y teniendo a muchos millones de personas protestando continuamente, usted está demostrando que no cree en la libertad, en los Derechos Humanos y en la tolerancia.

Usted dijo que le gustaría que llegara a ser una mujer responsable, madura y orgullosa de ser española y por estas tres cosas le dijo a usted, a su Gobierno, a muchos parlamentarios, banqueros, cómplices, a esos que gobiernan en Europa que malditos sean; sí, señor Rajoy, malditos porque han destrozado a la gente que más quiero, nos han dejado sin futuro, sin ilusión sin alegría.

Y dígale al rey don Juan Carlos que este año cuando iba a dar el discurso de Navidad apagamos el televisor porque sentimos vergüenza y asco de ver que nos pedía a nosotros sacrificios cuando teníamos encima de la mesa algunas patatas cocidas y un pollo asado. ¿No sienten un poco de pudor?