Llevo muchos años preguntándome en qué consistirá el federalismo del PSOE. Ellos también. Se trata de uno de los mayores enigmas desde las pirámides y Bibi Andersen, ambos ya resueltos. Cómo es posible, por el contrario, que un partido que denomina federales todos sus órganos no sepa 130 años después qué pijo será el federalismo. Me temo que no saben lo que es el federalismo, pero sí saben lo que les pasa: que ya no hay quien se crea que no han sido devorados por los monstruos nacionalistas que alimentaron, y ahora quieren convencernos de que vuelven a la igualdad, asunto que se suponía que era lo suyo. Todos estos igualitaristas sobrevenidos son, por cierto, los mismos que apoyaron serviles a ZP en su 'naciones para todos', título del libro de un servidor que a punto estuvo de costarme si no el exilio, sí algún par de guájaras federales. Lo que seguimos sin saber, ni ellos tampoco, es si se tratará del federalismo del PSC, que es independiente y asimétrico; o del federalismo del PSE, que ya apoya a Batasuna en la mejor tradición zapatera; o del federalismo del PSPV, que dice que tiene que haber naciones, nacionalidades y regiones (esto último, mirando para abajo); o el del PSM(adrileño) o el del PSdeG, que ya hizo su propio tripartito en la nación galega; o el del PSC(anario), socio del nacionalismo; o el del emirato del PSA; o el del PSN(avarro), encantado con los fueros antifederales; o acaso el de la nada del PSRM, siempre dispuesto a apoyar al Secretario General, que al fin es quien los nombra. En fin, la Orden Cana, que se dice en Caravaca, nacionón.