Tras cuatro años de crisis, seguimos sin dar pasos decididos para buscar soluciones. Y es que nuestros dirigentes siguen procrastinando (es decir, posponiendo las medidas necesarias para corregir los problemas, aplicando paños calientes en su lugar).

Y esto pasa en Europa y en España. En el primer caso, se ha gestionado tan mal como se ha podido la solución del drama griego, sometiendo a los mercados a continuos sobresaltos. La última ocurrencia es lograr una ‘participación voluntaria’ de la banca, para que se implique en el segundo plan de rescate griego (pero, si no hay coerción, los bancos no acudirán; y, si la hay, las agencias declararían que hay impago). Lo cual es negar la realidad que todos comentan en privado: Grecia no puede pagar lo que debe, lo que llevará a una reestructuración de su deuda. El caso es ganar tiempo.

Por aquí sucede lo mismo. El Gobierno aprueba ‘reformas’ como la laboral, tildadas de ‘poco valientes’ por el FMI; con datos actuales de contabilidad, se sabe que las Comunidades han incrementado su déficit (poniendo en peligro el objetivo del 6% para este año); las excajas siguen sin sanear balances (especialmente, en cuanto al valor de sus activos inmobiliarios), lo que baja su apetencia para los inversores, ante la inminente salida a bolsa de algunas de ellas, etc.

En España, varios economistas coinciden en las soluciones: a corto plazo, devaluación interna (con reducciones salariales y subidas de impuestos, para pagar lo debido a nuestros acreedores); a largo, orientar la economía a la exportación, bajar la dependencia del ladrillo y reformar el sistema educativo (con nuevas actitudes: conseguir que más jóvenes quieran emprender, en lugar de ser funcionario). En cambio, el probable ganador de las elecciones quiere reintroducir la desgravación por compra de vivienda. Bien; cuando nos parezcamos a Argentina, ya no valdrá indignarse.

CÓMO LO VEN

Miedo a Grecia. Un analista de La Nación advertía de riesgos mundiales si Grecia entrara en quiebra (parcial o total, disfrazada o no). Si el primer ministro, el socialista Papandreu, no logra apoyos suficientes para sacar adelante el enésimo plan de austeridad, las consecuencias no sólo serían catastróficas para los tenedores de deuda griega, si no también para aquellos que compraron cientos de miles de millones de dólares de deuda privada y decenas de miles de millones de contratos derivados ligados a la deuda helena.

Europa ya no importa. The Washington Post no tenía reparos en proclamar lo obvio: tras sesenta años de relación transatlántica, la comunicación entre ambas orillas ha cambiado. Por una razón: en las próximas décadas, la influencia de Europa más allá de sus fronteras disminuirá y serán otras regiones del mundo las que tengan un mayor protagonismo (básicamente, las asiáticas). El errático papel de la OTAN en Libia cabría atribuirlo, según este análisis, a la ineficacia organizativa de los europeos.

CÓMO NOS VEN

Aeropuertos fantasma. The Globe and Mail hurga en los faraónicos (y vacíos) proyectos aeroportuarios de Ciudad Real, Huesca o Castellón para ilustrar la irresponsabilidad de gobiernos autonómicos y cajas de ahorros durante nuestra última expansión inmobiliaria, que ha dejado al país en bancarrota (con un 21% de paro y un déficit público de difícil control).

El misterioso líder del PP. The Economist trataba de descifrar las intenciones del ‘probable’ presidente del Gobierno tras las próximas elecciones, el ‘enigmático’ Mariano Rajoy. Pese a cosechar dos derrotas electorales, Rajoy se encamina hacia la Moncloa tratando de no asustar a los electores con propuestas drásticas. Según los analistas, más allá de cuadrar las cuentas públicas, el coraje para emprender reformas dependerá de su mayoría parlamentaria. Pero no será como en el 96, cuando había dinero europeo para impulsarlas y empresas públicas por privatizar.

QUÉ SE CUECE

El periódico personal. World of Print resaltaba el próximo proyecto de Swiss Post: lanzar un periódico personalizado, a partir del próximo mes de noviembre. La idea (denominada MyNewspaper) es permitir que el lector edite un periódico a su gusto, a partir del contenido de treinta publicaciones: los suscriptores seleccionarían, a través de una plataforma en Internet, el contenido deseado por áreas de interés (deportes, noticias locales, etc.) y determinarían, también, el volumen de páginas del ejemplar (a escoger entre 24, 36 o 64).

Nace una revista... de fútbol. 233grados.com destacaba el nacimiento de una revista de fútbol, denominada Panenka, nombre del mítico futbolista cuyo estilo marcando penaltis ha cumplido 35 años. Coordinada por un periodista de Don Balón Aitor Lagunas, costará un mínimo de un euro, «aunque se puede pagar el precio que se quiera por ella». La voluntad es informar sobre fútbol sin dictados de actualidad, centrándose en las personas y las anécdotas balompédicas.