Mucho me temo que hay demasiada gente interesada en que el tan deseado y necesitado debate interno entre los socialistas murcianos esté pasando con más pena que gloria. El Comité Regional acertó cuando decidieron que sólo a ellos correspondía marcar los tiempos de la renovación, pero me temo que a la hora de poner en funcionamiento esta estrategia están perdiendo presencia a pasos agigantados en la sociedad murciana. Sería un grave error volver a resolver el grave problema otra vez en la cocina.

Es hora de que algunos nombres comiencen a dar un paso al frente para cortar esta grave hemorragia. Y hay dos nombres predestinados a jugar un papel clave en todo este proceso.

Por un lado está Rafael González Tovar, que con su labor al frente de la delegación del Gobierno está dejando el listón demasiado alto para los siguiente inquilinos, y que para una parte importante de sus bases es el mejor candidato para liderar a los socialistas. Después de un comentario en las redes sociales que hizo saltar de alegría a más de uno, pero que jodió a una parte importante del aparato, recogió velas de forma inmediata, lo que ha supuesto un frenazo importante para sus seguidores de abrir de una vez por todas el melón de la sucesión.

Y por otro lado, Jesús Navarro, alcalde de Calasparra, que tuvo la valentía de enfrentarse no sólo a Begoña García Retegui, sino a la práctica totalidad de la calle Princesa, y aunque esa osadía en condiciones normales se paga y caro, los resultados obtenidos tanto por él como por sus compañeros le ha puesto de nuevo en candelero, gracias a la autoridad moral que supone seguir siendo uno de los pocos alcaldes que le quedan a los socialistas en la Región. Su propuesta de dar un giro radical a los objetivos del partido, primando aún más los intereses regionales que los nacionales pilló a más de uno con el paso cambiado, pero muchos vieron ahí el brote verde que esperaban. Quizás sea hora de que juegue su penúltima baza.

Cada día que pasa y las luces del PSRM siguen apagadas es un día más de retraso para la recuperación. Muchos murcianos consideran que el proyecto socialista está más que muerto, está matao. Su presencia en los medios de comunicación empieza a ser residual y marginal, siempre a la estela que deja el Partido Popular, ¿Alguien conoce la posición de los socialistas murcianos con el conflicto entre universidades? ¿O cual es la alternativa que tienen para el sector turístico en la Región frente a los populares, aparte de la justificada crítica? Ya ni siquiera en muchos

casos son capaces de dar respuesta a los Valcárcel´s Boys. Y encima, los medios de comunicación, que consideran lógicamente amortizada a

la actual dirección socialista, les están prestando escasa o nula atención, y han dirigido todos los focos en dirección a San Esteban.

Así que con este panorama de color gris nube tormenta, el escenario que se presenta es desolador, inquietante y algo más que preocupante. Sólo un golpe de efecto rápido podría revertir esta situación, ya que de lo contrario, si alguno piensa llegar hasta las próximas elecciones generales en este estado aletargado, el golpe que recibirían los socialistas no sería catastrófico, sino humillante. Una de las Leyes de Murphy dice que todo lo que puede empeorar, empeora.

La situación actual que vive nuestro país, con una parte importante de la sociedad exigiendo cambios, pone las bases para que los socialistas murcianos sean capaces de recuperar el pulso de la calle. La marca PSOE está a la baja, mientras muchos ven en la marca PP la única salida posible a la actual crisis. La recuperación pasa por empezar a poner en valor una nueva forma de ver a los socialistas murcianos, pero esto no se consigue con el simple hecho de cambiar las siglas de PSOE por PSM, sino que obliga a llevar a la sociedad un nuevo proyecto.

Es hora de hablar menos pero con más gente, y dejar de seguir hablando mucho con los mismos, pues eso no sólo empobrece el debate, sino que te aleja de la realidad, y la calle Princesa lleva demasiado tiempo viviendo otra vida.