Propuestas políticas de los llamados ´indignados´ publicadas en www.democraciarealya.es, sacándolas de su hábitat natural, la barra del bar, glosadas y una vez despiojadas de cierto tipismo propio de Corea del Norte:

«Control estricto del absentismo de los cargos electos en sus respectivos puestos. Sanciones específicas por dejación de funciones». El absentismo que perjudica al país no es de los cargos electos, insignificante económicamente, sino el de los funcionarios. Se calcula que en España más de un millón faltan a su trabajo, todos los días, porque sí. Así hasta que lleguemos a aquella máxima soviética para arreglar la economía: «Tú haz como que trabajas y nosotros haremos como que te pagamos».

«Equiparación del salario de los representantes electos al salario medio español más las dietas necesarias indispensables para el ejercicio de sus funciones». La fórmula perfecta para que en la política acaben nada más que quienes no han servido para ninguna otra cosa (con el propósito de llevárselo crudo, fuera del sueldo oficial) o los ricos por su casa. Los ociosos y los ladrones. El Gobierno de los señoritos y de los peores.

«Reparto del trabajo fomentando las reducciones de jornada y la conciliación laboral hasta acabar con el desempleo estructural (es decir, hasta que el desempleo descienda por debajo del 5%)». Es decir, quitándole el trabajo y el sueldo normal a quien lo tiene para dárselo a otro que quiere trabajar poco y cobrar la mitad de lo que cobraba el otro. En lugar de cinco millones de parados, diez de medio parados. No existe ´desempleo estructural´. El empleo se crea o no se crea, no se demedia.

«Seguridad en el empleo: imposibilidad de despidos colectivos o por causas objetivas en las grandes empresas mientras haya beneficios». O sea, mientras haya beneficios lo tonto es que alguien vaya a trabajar, y lo perfecto es que no vaya nadie (´el colectivo´). Seguridad en el empleo como carné indefinido de vagancia.

«Contratación de personal sanitario hasta acabar con las listas de espera. Contratación de profesorado para garantizar la ratio de alumnos por aula, los grupos de desdoble y los grupos de apoyo». Llenar el pozo sin fondo de la Sanidad es tratar de alcanzar el crepúsculo con el dedo índice. Y qué decir de la «aplicación efectiva de la Ley de Dependencia, redes de cuidadores locales municipales, servicios locales de mediación y tutelaje». La receta de los ´indignados´ es que, con lo que nos ahorramos en fotocopias administrativas porque nos obliga Alemania, tenemos para comprarnos el palacete.

«(...) Constituir una banca pública bajo control social (sic)». ¿Una banca comunal, donde para opinar todos levantemos el dedo?

«Referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de los ciudadanos. Referéndums obligatorios para toda introducción de medidas dictadas desde la Unión Europea». O lo que es lo mismo, los españoles irán a votar exactamente en la frecuencia que quería el doctor Kelloggs, el inventor de los copos de maíz, en punto de hacer deposiciones: al menos tres veces al día.

«Modificación de la Ley Electoral para que (...) el voto nulo también tenga su representación en el Legislativo». Para que los despistados que meten en la urna el díptico publicitario de una casa de masajes en lugar del voto tengan también un sueldo del Estado. Eso sí, sólo de 800 euros más dietas.

Lo único sensato sería echarse a la calle ahora mismo para indignarse con ciertos indignados.